“Un espacio de reflexión artística es un aporte fundamental en cualquier sociedad. El problema es que a quienes lo  integran no se los considera como trabajadoras y trabajadores, y este año eso quedó sobre el tapete más que nunca”, expresó a Sala de Redacción Ximena Echeverría, directora artística, coach actoral, artista, docente y fundadora de  Implosivo Artes Escénicas. 

El sector cultural ha sido uno de los más perjudicados desde el comienzo de la pandemia. Con la intención de contener la expansión del coronavirus, el 23 de marzo, y al menos hasta el 12 de abril, el gobierno volvió a suspender los espectáculos públicos, las actividades culturales, las fiestas y los eventos sociales, así como las prácticas en clubes, gimnasios y las competencias de deporte amateur. 

Colectivos como la Unión Danza Gimnasios y Afines (UDGA) han manifestado en redes sociales su descontento con la medida del gobierno porque si bien comparten la necesidad de reducir la movilidad y cuidar la salud, no están a favor de los “cierres selectivos”. 

Según lo publicado en sus redes, han tenido que cerrar tres veces durante la pandemia, sin haber tenido contención alguna por parte del Estado. El tiempo que pudieron abrir en el último año solo se les ha permitido trabajar con 30% del aforo, aunque deben seguir pagando el 100% de los impuestos más los gastos correspondientes al funcionamiento de las propuestas que desarrollan. 

La Asociación de Danza del Uruguay (ADDU) también emitió un comunicado y pidió que esta suspensión sea acompañada de medidas de contingencia hacia los artistas cuyo derecho al trabajo se ve afectado. Reclaman, en concreto, “medidas económicas de renta básica y subsidios del Estado por el tiempo que se deban sostener las medidas“. 

Afirman que los protagonistas se ven afectados por su doble función como docentes y artistas, y señalan que ese es un dato a considerar al analizar cuáles son las poblaciones más vulnerables. “Somos una de ellas”, aseguran en el comunicado. 

Echeverría mencionó que la mayoría de las personas que hacen espectáculos tiene que trabajar de otras cosas. Dijo que muchos tienen un trabajo que no tiene nada que ver con el rol artístico pero que otros, como ella, tienen un espacio de formación artística, que también “se vio total y absolutamente golpeado por esta pandemia”

A su vez, declaró que todo lo que ha pasado desde el comienzo de la pandemia ha dejado en mayor evidencia lo desamparados que están. Los espectáculos programados para este año fueron postergados y las salas están cerradas porque no se pueden sostener con los aforos reducidos. 

El teatro independiente es el más vulnerable, en comparación con otras salas. “Mi lucha es por ese teatro independiente que quedó total y absolutamente desamparado”, aseguró Echeverría. Recordó que se necesitan fondos que contemplen a todo el teatro y a los artistas de forma “democrática”, llegando a todos los que están trabajando hace mucho tiempo en la sociedad. “En ocasiones, para grupos de 17 personas se están dando 11.000 pesos”, afirmó, y concluyó que espera que se gestionen ayudas “reales” por parte del  gobierno.

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