En un laberinto de alianzas, jugadas políticas y enemistades, el sector Alianza Progresista (AP), de la ministra de Turismo Liliam Kechichian, el canciller Rodolfo Nin Novoa y el diputado por Maldonado Óscar de los Santos, abandonó el Frente Líber Seregni (FLS). La razón: el desacuerdo con el senador Rafael Michelini que anunció que sumará fuerzas con el diputado de la Liga Federal, Darío Pérez.
Ahora AP se integró al sublema Progresistas, liderado por el ex precandidato Mario Bergara, que reúne también al director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Álvaro García, a la diputada Cristina Lustemberg, al diputado Fernando Amado y al Partido Demócrata Cristiano. La diferencia entre el acuerdo al que llegó con estos grupos Fuerza Renovadora, el sector de Bergara, y al que arribó con AP, es que Kechichian será la número dos en la lista al Senado, que estará encabezada por el ex presidente del Banco Central. En cambio, tanto Amado como García tendrán su propia lista para la Cámara Alta y el Partido Demócrata Cristiano tendrá la suya únicamente a Diputados.
Por el momento, en el sublema FLS quedan entonces Asamblea Uruguay (AU), liderado por el ministro de Economía, Danilo Astori, y el Nuevo Espacio, con su reciente alianza. Para el politólogo Adolfo Garcé, “la ruptura” de este espacio “implica el debilitamiento de la figura de Astori y el fortalecimiento de Bergara”.
Garce calcula que el FLS, que logró colocar tres senadores en el Parlamento en las elecciones pasadas, esta vez tendrá uno o dos. Y entiende, además, que estos cambios responden a las legítimas ambiciones de los nuevos líderes que surgen en el Frente Amplio -léase Bergara, Óscar Andrade y Daniel Martínez-, y a la inevitable renovación en el oficialismo.
Garcé concluye que “Progresistas aparenta convertirse en el FLS del futuro y la figura de Bergara en el fuerte líder del sector”. Aún resta que la Vertiente Artiguista resuelva si se plegará a AU y el Nuevo Espacio o probará con otro sublema.