En el departamento de Maldonado, más precisamente en el “mini estadio” del Parque de Loma en la capital homónima, se disputó la Copa Sudamericana de fútbol de amputados con el apoyo de la Intendencia de Maldonado, la secretaria nacional de Deportes y la Asociación Uruguaya de Amputados.
En esta edición, además de Uruguay el evento contó con la participación de las selecciones de Argentina, Colombia, Chile y Perú. Para poder integrar el plantel de habilitados para este torneo era necesario cumplir con ciertas reglas: para los jugadores de campo, tener un miembro inferior faltante mientras que para el guardameta sería un miembro superior.
El plantel uruguayo en específico estuvo compuesto por Rodrigo Ottado, Exequiel Casariego, Franco Medero, Marcos Dolgay, Sebastián García, Martín Medina, Neibar Duarte, Mauricio Rodríguez, Mateo Cerbetti, Leonardo Núñez, Luciano Varela y Ezequiel Vitalis. Los dirigió Silvio Fernández, quién llegó al puesto de director técnico luego de ser el psicólogo en el cuerpo técnico anterior.
Franco Medero, figura destacada en el conjunto, aclaró en conversación con Sala de Redacción que la gente de Maldonado fue la que “siempre estuvo al pie del cañón” y agradeció el apoyo “a la causa”. Medero es oriundo de Colonia Valdense y se destacó por estar jugando en el fútbol brasilero. Dijo a Sala de Redacción que ser campeón es “un sueño cumplido”, además de que para él es un plus extra el hecho de que fuera en tierras charrúas y con la compañía de su familia. A su vez, al comparar a Uruguay con Brasil evaluó que al ser muy poca gente “nos quita méritos” y, de acuerdo al tiempo de expertise de cada país en la disciplina, Uruguay solo lleva 6 años en esta modalidad del fútbol mientras que Brasil acumula más de 20.
El camino a la gloria
La celeste comenzó con un empate ante su similar de Argentina por 2-2. Luego de este empate, Uruguay tuvo tres victorias consecutivas, con una goleada 5-2 a Perú y otra por 5-0 a Chile. Gracias a estos dos encuentros los charrúas llegaron a la final con la ventaja de que solamente al empatar se consagrarían campeones, pero aún así el seleccionado logró derrotar por 3-1 a Colombia para levantar el título que por primera vez se disputaba en territorio nacional.
El Director Técnico, Silvio Fernández, contó con una preparación previa y lo sumó a un microciclo de tres meses de duración para que se adquiera un modelo de juego a su estilo. Comentó a Sala de Redacción que “le enorgullece ser el técnico de la selección uruguaya”.
Por su parte, José López, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol de Amputados, comentó al diario Ovación que sintió los nervios que implica organizar por primera vez esta copa en el país pero que “estuvo divino”. A su vez, aclaró que las selecciones invitadas tuvieron un comportamiento idóneo y que Maldonado les brindó “todo lo posible y necesario para que los invitados conozcan la ciudad”.
Igualmente, en tierras uruguayas falta mucha preparación para un deporte de este calibre. En la opinión de Franco Medero, que recogió este medio, lo más importante es que se le den las garantías a los clubes de poder armar un torneo “serio”, ya que en Uruguay existen solo 4 equipos (Rampla Juniors, La Espada y Progreso. El cuarto es Plaza Colonia, pero no participó en la competencia de este año) y no se puede asegurar que todos estén en las condiciones de trasladarse para disputar la fecha correspondiente. También ocurre que no tienen dónde ni cuándo entrenar: “Lo nuestro es a mucho pulmón”, declaró el jugador.
Franco señala a Plaza Colonia como uno de los clubes deportivos con más adhesión a la causa teniendo un programa de deportes para amputados, pero que claramente hacen falta más equipos y más preocupación por esta rama del deporte uruguayo en el resto del fútbol local.
En todo este camino no solo hay un festejo deportivo sino también un fuerte impacto psicológico en personas que en distintos momentos de la vida sufrieron la pérdida de una extremidad. Así, esta rama del fútbol se presenta como una nueva oportunidad para hacer deporte. El propio D.T. Fernández tuvo esto en cuenta para motivar al grupo y se dio cuenta que “cuando se toca las fibras futbolísticas de cada persona, la motivación aparece sola. El desafío es que entiendan que a pesar de la amputación deben de entrenar fuerte para la competencia”, según dijo a este medio. Declaró que, mediante el triunfo en el campeonato, sintió un alivio y una felicidad por lograr los objetivos planteados.
Franco aclara que la palabra “desgracia” no lo representa, ya que muchas veces el perder una extremidad de alguna forma le salvó la vida. Aseguró que de tener la oportunidad volvería a pedir tener la vida que tiene hoy en día, y si bien es verdad que para la sociedad esta carencia puede entenderse como algo negativo, el plantel logró salir adelante gracias a la fuerza de la familia, la voluntad y la fortaleza mental capitalizando esta oportunidad deportiva que se les presentó al convertirse en campeones.
Las motivaciones del grupo
Este es un deporte que no tiene demasiada visibilidad. En este sentido, el apoyo familiar es algo clave y destacado por el entrenador ya que se presenta como “la fuerza que los motivó a luchar por todo”. Para combatir la poca visibilidad Fernández reclama “apoyo de todo tipo y difusión”, tal es así que la selección salió campeona en su propio país “y ningún medio acompañó”. Cuenta que además esto pasó a lo largo del torneo y genera una sensación de vacío y desprecio.
Medero coincidió en la sensación de la poca o nula difusión y comentó que al ser un deporte de resultados no muchas veces se ve el apoyo necesario por este factor. “Tenemos que acompañar con resultados el apoyo que nos dan”, agregó.
Para el jugador, de ahora en más “no será lo mismo hablar de Uruguay” en la disciplina porque “es campeón sudamericano”, pensando en que tienen que jugar las eliminatorias para intentar clasificar a la Copa del Mundo. Las eliminatorias en cuestión serán un sudamericano a disputarse en Brasil con sede a confirmar en el año 2025. Y en el 2026 los clasificados jugarán el Mundial. Por temas de estudio Franco ya no podrá competir en el Brasileirão y la idea es hacer un torneo Sudamericano de Clubes para el año 2025, dijo.
Luego de este galardón la celeste encabezada por Silvio Fernández ya piensa en el futuro. Fernández dijo que “lo estamos construyendo todos”, aseguró que “no va a ser lo único que gane la selección” y que el objetivo del grupo es “poner a Uruguay en lo más alto, como manda la historia”.