Hace unos años, la casa abandonada en calle Cerrito, en Ciudad Vieja, no era más que eso para los transeúntes: una esquina deshabitada cerca del puerto, con un solar cerrado y en desuso. A falta de carteles y con una placa ilegible por el desgaste, quien recorría el puerto no tenía forma de saber por qué los muros de esta casa estaban cubiertos de graffitis de José Gervasio Artigas y papeles arrancados. Tampoco podía saber que esta esquina fue una residencia privada durante décadas, o que funcionó como bar antes de quedar abandonada. Menos aún que detrás de esos muros se esconden los antiguos cimientos y paredes bajo los cuales nació y pasó su infancia el prócer nacional.

Esos cimientos no dejaron el predio, pero ahora, lejos de estar escondidos, son observados como parte de la exposición de un nuevo museo por grupos escolares y visitas guiadas que entran al solar renovado, en cuya entrada se lee “Casa Natal de Artigas”. Ahora, si no fuese por los carteles y fotos, es probable que el transeúnte actual no supiera que esta casa estuvo abandonada. 

El miércoles 19 de junio de este año se cumplieron 260 años del nacimiento de José Gervasio Artigas, y con su natalicio se inauguró el Centro Cultural Casa Natal de Artigas en esa casa. Aunque el predio fue expropiado por la Intendencia de Montevideo (IM) en 2019, este proceso de recuperación fue el resultado de un esfuerzo de reclamación patrimonial que comenzó hace 60 años y atravesó diversas organizaciones.

El centro cuenta con un museo que exhibe los cimientos originales de la casa y documenta en detalle el proceso de recuperación arqueológica del predio. María Inés Obaldía, directora de Cultura de la IM, explicó que también se buscó incluir en la exposición elementos que representaran “la vida cotidiana de Montevideo a lo largo de los siglos”, ofreciendo una visión más amplia de nuestra historia y su evolución.

El historiador Nicolás Duffau, quien estuvo a cargo de la investigación histórica del predio y de la propuesta expositiva, contó a Sala de Redacción que el solar “cambió” de manos y de propósito a lo largo de los siglos antes de caer en abandono, y señaló que “las paredes estaban superpuestas” por cada renovación que la casa tuvo después de que la residencia original fuese demolida. Asimismo comentó qué a lo largo de su historia, la propiedad fue una residencia privada, un almacén, y antes de ser abandonada, estaba siendo usada como bar.

Sin embargo, Duffau confesó que la investigación tiene un “periodo fundamental” que sigue siendo un misterio en la historia del solar: el lapso entre la demolición de la casa y la construcción de un nuevo inmueble. “De las décadas de 1840 a 1860 no hay nada, o quizá lo haya, pero aún no lo hemos encontrado”, declaró. Del período en que la casa perteneció a la familia Artigas, ahora se exhiben los objetos de uso cotidiano que se lograron recuperar durante la investigación arqueológica.


La recuperación del Solar

El primer intento destacado de llevar la casa al patrimonio público fue en 1964, con una propuesta iniciada por el historiador y político del Partido Nacional, Juan Pivel Devoto, que en aquel momento se desempeñaba como ministro de Instrucción Pública. Pivel Devoto proponía la expropiación del predio para crear un espacio cívico y cultural. Acerca de esto, Duffau explicó a SdR que dicho proyecto, que fue aprobado, no contó con recursos asignados para su concreción. Incluso después de que la casa fuese declarada Monumento Histórico Nacional en 1975, la ley contenía un error sobre la ubicación del padrón del solar. El proyecto entonces no tuvo avances significativos a nivel gubernamental y fue abandonado. 

En la década de los noventa se vio un resurgimiento en la intención de reclamar el solar por parte de los vecinos de Montevideo, esta vez con el propósito de rectificar la ley de 1975 para corregir el error cometido en su redacción original. En 2005, el edil del Frente Amplio, Dari Mendiondo, retomó los esfuerzos iniciados en los años sesenta para reivindicar la casa como patrimonio nacional y fundó la Comisión Pro Solar de Artigas, dedicada a convertir el predio en un espacio cultural compartido. A este proyecto se sumarían posteriormente el Concejo Vecinal 1 y la IM a través del Municipio B.

En 2020, el Municipio B finalmente expropió el solar, tras tres años de preparación en conjunto con la Junta Departamental de Montevideo. En los años siguientes, se firmaron convenios entre el Municipio B y la Universidad de la República para llevar a cabo investigaciones arqueológicas e históricas del solar, y para la creación del museo. Silvana Pissano, alcaldesa del Municipio B, destacó que el centro cultural era un proyecto contemplado desde el inicio de su mandato. “La primera reunión que tuve como alcaldesa fue con la entonces decana de la Facultad de Humanidades, Ana Frega”, explicó. Este período marcaría el inicio de las obras arquitectónicas para renovar el solar.

La inauguración del centro cultural ocurrió tres años después, como parte de las actividades realizadas por la IM en conmemoración de los 300 años de Montevideo. Contó con la participación de la alcaldesa Pissano, de la directora de Cultura Obaldía y del Intendente interino de Montevideo, Federico Graña, que declaró la inauguración del centro como un hito para “saldar una deuda histórica”.

El evento concluyó con una muestra del grupo de danza Timbó y un acto musical del dúo de folklore Larbanois & Carrero. La IM recibió saludos y felicitaciones de institutos artiguistas en Argentina cuyas provincias pertenecieron a la Liga Federal en el siglo XIX, tales como el Instituto Artiguista de Santa Fe. Graña destacó la importancia de Artigas para esas provincias, y declaró que el sitio “no va a ser solo un lugar de encuentro para los orientales, sino para cordobeses, correntinos, santafesinos y misioneros”. 

En diálogo con SdR, Pissano reflexionó sobre el rol de los municipios en proyectos de recuperación patrimonial. “Yo creo que ha demostrado que los municipios más allá de sus pocas autonomías y competencias tienen una posibilidad para acompañar a la ciudadanía en proyectos de esta escala”, declaró. 

La deuda histórica

Obaldía, por su parte, expresó durante la inauguración que la casa solariega de Artigas “no contó con la misma suerte” que otras casas natales de figuras destacadas en la historia del país, y señaló que muchas de estas sirven como museos al día de hoy.

En tanto, Mario Carrero, cuyo acto musical cerró la inauguración, habló con SdR sobre la concepción de la figura de Artigas, refiriéndose a él como un “olvidado de la historia” en lo que respecta a sus ideas concretas. “Es una lástima, se le conoce como el héroe nacional uruguayo, pero su ideario no es conocido”, comentó. También destacó que las ideas de Artigas tienen un “fuerte legado” en el folclore uruguayo: “Desde Zitarrosa, Sampayo, Los Olimareños, Rubén Lena, Tabaré Etcheverry… todos nuestros referentes siempre tuvieron presente a Artigas, y no es el Artigas que siempre se nos ha pretendido mostrar”. Además, calificó la figura tradicional militar de Artigas como “un recurso político”.

La ley de 1975 incluía, además de la casa de Artigas en Ciudad Vieja, una normativa similar para declarar Monumento Histórico Nacional la casa natal de otra figura patria: el general Manuel Oribe, ex presidente de la república y fundador del Partido Nacional. Esta casa fue restaurada en 1992 y actualmente sirve como sede de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación. Duffau especuló que, en parte, esto se debe a que históricamente se ha buscado “resaltar otros aspectos” de la figura de Artigas, especialmente su historia militar. “Todos los años se realizan actos en Las Piedras y en Sauce. Se ha exaltado a Artigas a través de los aspectos militares de la revolución”, expresó.

El análisis de Duffau sobre la figura de Artigas resalta cómo su imagen ha evolucionado en la percepción del pueblo uruguayo a lo largo de la historia. La “leyenda negra” se refiere a la visión negativa que surgió tras la derrota del proceso revolucionario, donde se le atribuían características de maldad, evidenciando un intento de deslegitimar su figura. En contraste, la “leyenda de bronce” refleja una revalorización de Artigas, presentándolo como un héroe unificador, símbolo de la identidad nacional y de la lucha por la independencia. Esta dualidad en la interpretación de su figura muestra cómo los contextos históricos y políticos influyen en la memoria colectiva y la construcción de los héroes nacionales.

Para Duffau, este proceso histórico sobre la visión del prócer podría explicar la demora del proyecto, porque “hace unos cien años no había acuerdo sobre la figura de Artigas, no había acuerdo político que la unificara, era controversial”. El historiador explicó que el comienzo de la construcción de la “leyenda de bronce” cambió esta concepción. “Es probable que la demora tenga que ver, en efecto, con disputas sin saldar”, concluyó. 

La propuesta expositiva del museo refleja una intención clara de abordar la figura de Artigas desde diversas perspectivas, reconociendo que su significado varía según el contexto social, étnico y de género de cada período. Esta diversidad de concepciones permite problematizar su legado y resaltar las distintas realidades que vivieron los afrodescendientes, las mujeres y otros grupos durante la revolución. Al “jugar con los distintos puntos de vista,” el museo no solo enriquece la narrativa histórica, sino que también invita a los visitantes a reflexionar sobre la complejidad de la identidad nacional y cómo los héroes pueden ser percibidos de maneras diversas según las experiencias individuales.

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