En los últimos años, la difusión de las vulneraciones de derechos que atraviesan las mujeres aumentó significativamente, e incluso se logró la aprobación en 2017 de la Ley de Violencia hacia las Mujeres basada en Género. Sin embargo, poco se sabe y difunde sobre los procedimientos y derechos de las mujeres al momento del parto. El 16 de mayo, el ginecólogo Gonzalo Sotero dio una charla sobre parto humanizado en el Hospital Británico, donde definió que se trata de “una política de salud en la que Uruguay ha sido pionero”. Según agregó, se inscribe en la atención integral del parto con un sentido humanístico, donde se respeta la libre elección de la mujer sobre cómo parir, en un ambiente de seguridad e intimidad. El especialista explicó que es imprescindible que se consideren las esferas biológicas, espirituales, médicas y emocionales de cada mujer para realizar un correcto proceso de parto. Por lo tanto, detalló que debe primar el respeto por la madre y el bebé y que “son ellos y su familia los que deben acaparar la atención en todo el proceso, no así el equipo médico”.

La Ley de Violencia hacia las Mujeres basada en Género define a la violencia obstétrica como “toda acción, omisión y patrón de conducta del personal de la salud en los procesos reproductivos de una mujer, que afecte su autonomía para decidir libremente sobre su cuerpo o abuso de procedimientos invasivos”. Según explicó Sotero, la episiotomía -incisión en el peroné de la mujer para facilitar el parto y evitar desgarros- como procedimiento de rutina, el tacto realizado por más de una persona, el uso del fórceps y la cesárea realizada sin justificativo médico son prácticas cotidianas que suelen realizarse sin el consentimiento de la paciente.

En 2015 la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) publicó cuatro indicadores como recomendación para realizar un parto humanizado y respetado. En primer lugar, la organización habla de dejar que la paciente adopte la posición que desee cuando se encuentra en trabajo de parto, ya que tanto la posición vertical como la horizontal son favorables para el nacimiento. Además, recomienda la provisión de comida y bebidas adecuadas a la paciente, además del uso de sedantes farmacológicos y no farmacológicos, dependiendo de la situación. Entre los farmacológicos se destaca la analgesia, mientras que los no farmacológicos varían entre acupuntura, masajes, concentración y la respiración. Por último, se hace énfasis en la necesidad de que siempre que se pueda exista contacto piel a piel entre la madre y su hijo al momento de nacer, además de lactancia inmediata.

Derribando mitos

El uso de internet como canal de información médica puede ser un arma de doble filo. Según Sotero, son muchos los mitos y “rituales” que se promueven, casi siempre erróneamente y sin aval médico para fomentar un parto humanizado. El médico desmitificó dos casos que, actualmente, están cobrando popularidad entre las futuras mamás. El primero de ellos es el consumo de la placenta en pastillas para prevenir la depresión post parto y fomentar la lactancia. El profesional afirmó al respecto que “no hay evidencia médica de que esto suceda”. Si bien explicó que, si bien se ha demostrado que las células madres que existen en la placenta son de gran utilidad en los procedimientos que se realizan para los pacientes que han sufrido graves quemaduras y para los trasplantes de médulas óseas en niños, no se ha verificado que el consumo de la placenta sea algo fructífero para las madres.

Por otra parte, hizo referencia al parto domiciliario. Si bien admitió que puede favorecer el trabajo de parto porque requiere de menos intervención médica, “aumenta la necesidad de transfusiones de sangre en las mamás y el riesgo de muerte en el recién nacido, ya que no hay un equipo médico especializado al momento del nacimiento”. El profesional planteó que el parto humanizado no necesita de la mejor tecnología para obtener mejores resultados. Por el contrario, concluyó que, implementado correctamente y con la institucionalización debida, baja la tasa de mortalidad materna y la de los recién nacidos.

FacebookTwitter