“Frente a la duda, frente a lo que pasó y frente a la rendición de cuentas -porque es un representante de la población- nosotros compartimos la iniciativa de él de renunciar”, explicó a Sala de Redacción Lucía Topolansky, vicepresidenta de la República, respecto a la decisión que tomó el ex diputado y ex director de Envidrio, Daniel Placeres, de dejar su cargo.

El pasado 6 de mayo Placeres presentó de manera oficial -a la presidenta de la Cámara de Representantes, Cecilia Bottino- la renuncia a la banca por ser acusado de cometer un delito de conjunción del interés público y privado en relación a la empresa Ebigold SA (más conocida como Envidrio), en la que se desempeñó como directivo hasta el año 2014.

Entre otras cosas, la acusación surgió porque votó a favor de una extensión del subsidio por despido para algunos de los trabajadores de la fábrica, entre los que se encontraban su hijo y hermano. Además, luego de una investigación realizada por el Banco de Previsión Social (BPS), se constató que diez trabajadores de la empresa cobraron remuneraciones individuales por el desarrollo de actividades mientras se encontraban en el seguro de paro.

“Todo el mundo sabía”

En relación al accionar del ahora ex diputado, la vicepresidenta sugirió que “fue desprolijo”, ya que tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores se tiene que dar aviso si hay implicación personal con los temas que se votan. Asimismo, aseguró que “todo el mundo sabía” que Placeres estaba vinculado a Envidrio y consideró que “todos, en cierto modo, fueron desprolijos”.  No obstante, Topolansky manifestó que no está de acuerdo con la tipificación del delito, ya que considera que está pensado para otros casos.

También aseguró que Placeres tuvo errores de percepción, que no es un delincuente porque no se enriqueció ni favoreció con lo sucedido y sugirió que quizás el ex diputado no se dio cuenta de que tenía que cortar los vínculos con la empresa. “Si se lo mira desde el ángulo humano, es como divorciarte de tu hijo”, consideró la vicepresidenta. “Eso lo llevó a este entrevero, pero lo consideró y nosotros estuvimos totalmente de acuerdo (en que renunciara a su banca) para que la gente común (no el diputado fulano, ni el diputado mengano) lo entendiera”, justificó Topolansky.

¿Fue un beneficio?

Hay un hilo muy finito: está el hilo en el que te beneficias y en el que te enriquecés”, sostuvo Topolansky, y agregó: “Te voy a decir la verdad, la cuenta de Placeres es para llorar porque sacó con su sueldo un préstamo, que lo está pagando, ya que precisaban la plata en la planta”.

Entre otras cosas, destacó como “un buen gesto” que el dirigente no aceptara el subsidio que se brinda a los legisladores cuando abandonan su banca, porque así demostró que no estaba “atornillado ahí por su sueldo”. Este gesto nos permite despejar la discusión. Ahora, que discutan en checoslovaco lo que quieran”, ironizó. “Nosotros sabíamos que (Placeres) no estaba obligado a renunciar a esto bajo ningún concepto, pero igual lo hizo”, agregó.

En cuanto a las remuneraciones de los legisladores luego de renunciar, Topolansky informó que desde su sector se planteó una ley para acotar el tiempo que dura el subsidio a seis meses. “Por ahora lo que está vigente es que se pague por un año un 85 por ciento del sueldo, que es mucho más del subsidio de un trabajador”, explicó.

Su versión de la historia

Según la vicepresidenta, Placeres fue uno de los operarios que trató durante años de mantener en pie a la fábrica tras el cierre que se produjo durante el gobierno de Jorge Batlle. Cuando pasaron del cristal al plástico y se transformó de Cristalerías del Uruguay a Cristalpet, “120 familias quedaron colgadas del pincel”. Esto produjo que varios empleados ocuparan la planta para encontrar una solución viable.

Topolansky detalló que los trabajadores en aquel momento solicitaron un préstamo y tener de garante a la Intendencia de Montevideo -gobernada por Mariano Arana-, pero el Banco República rechazó la oferta. Al no haber encontrado ninguna solución, los operarios de la planta desocuparon la fábrica, cobraron el subsidio por despido y con esto formaron un fondo para empezar su propio emprendimiento “autogestionado y con mil dificultades”.

Para la vicepresidenta, Placeres operó en conjunto con otros empleados “a pulmón” para que se mantuviera la única fábrica de vidrio hueco del Uruguay, y aseguró que pueden haber habido errores de gestión ya que fue comandada por un puñado de operarios: “no le podes pedir peras al olmo”, opinó. De todos modos, enfatizó que desde esa época hasta ahora le ha dado de comer a una plantilla que osciló entre 80 y 120 personas.

Por otro lado, detalló que el ex diputado “intermedió en unos 40 conflictos porque era de la Comisión de Legislación del Trabajo. Se puso la tarea al hombro y va a seguir haciéndolo, porque como militante social puede seguir haciéndolo. Tiene respaldo de su partido y de su sector”.

¿Qué es ético y qué no?

Desde su punto de vista, “la vara de la ética está muy alta” pero se enorgullece de que así sea, ya que les permite “crecer como fuerza política”. Esta situación, al igual que la ocurrida con el ex vicepresidente Raúl Sendic, fue para el Frente Amplio un aprendizaje, señaló.

“Yo he salido a Argentina y a Brasil y me dicen: ‘¿por qué renunció Sendic? No entendemos nada’. ‘¿Porque compró con una tarjeta dos shorts y no sé cuántas cosas?’. Para los argentinos y brasileños, lo que pasa en Uruguay es ridículo. Pero yo me enorgullezco de que se tenga la vara alta”, añadió.

A diferencia de los casos de Placeres y Sendic, Topolansky se preguntó si tanto el intendente de Soriano, Alejandro Bascou, como el diputado del Partido Nacional, Wilson Esquerra, “que se llevó por delante a una mujer y está desaforado por seis meses porque buscaron la forma de votarlo así en la Cámara de Diputados”– aprendieron algo, a lo que se respondió: “yo creo que no”.

A su vez, habló del caso del senador Daniel Bianchi, quien formó parte del Partido Colorado y luego del Partido de la Gente. “Tuvo la mala suerte de no darse cuenta de que salía en pedo de una fiesta y se llevó por delante toda esa cantidad de autos”. “Pero el día que renunció (Placeres) te daba lástima, humanamente. Este loco estaba luchando por la fuente de trabajo de familias humildes, pero acá no es una cuestión de injusticias. Acá hay una normativa que cumplir”, concluyó.

¿Y ahora?

La vicepresidenta destacó que no va a ingresar en lugar de Placeres “una paracaidista”, sino que va a ser una compañera afrodescendiente, Claudia de los Santos, que ya trabajaba con el ex diputado y que estaba al tanto de todas las situaciones. Igualmente, afirmó que Placeres va a seguir trabajando en el área social de su sector dentro del Movimiento de Participación Popular.

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