“En 11 meses logramos revertir todos los pronósticos e instaurar un debate serio y franco en la sociedad”, dijo Ignacio Villar, vocero de la articulación nacional No a la Reforma, en conferencia de prensa, luego de que se conociera que la reforma constitucional no alcanzó los votos necesarios para ser aprobada. “Una vez más, este es un logro de la unidad del movimiento social articulado para que el Uruguay no retroceda en derechos”, sostuvo, y catalogó al discurso de la reforma de “reaccionario” y “conservador”.

“Si nosotros ponemos al Ejército en la calle, ganamos en cantidad de muertos, porque no es lo mismo poner a un soldado que a un policía. El soldado tiene una reacción: carga y tira. Después pregunta. Esa es su formación”, decía a SdR el general retirado Julio Halty, sobre la reforma constitucional planteada por el senador del Partido Nacional, Jorge Larrañaga.  

Hoy la ciudadanía dijo no a la reforma constitucional “Vivir sin Miedo”. Sólo el 46,3 por ciento colocó en la urna la papeleta del Sí, según las proyecciones de La Diaria.

Eran cuatro las propuestas implicadas en este plebiscito: crear una Guardia Nacional con hasta 2 mil militares que cumplan funciones de seguridad pública en todo el territorio de la República, impedir la libertad anticipada y las medidas sustitutivas de la prisión en los casos de delitos graves, establecer cadena perpetua revisable y permitir los allanamientos nocturnos. 

El primer punto fue el más cuestionado dada la falta de preparación de las Fuerzas Armadas. “De ninguna manera estoy de acuerdo con una Guardia Nacional. Y no estoy racionalmente de acuerdo, no porque esté en contra de Larrañaga, sino porque no es la solución, porque sé desde adentro cómo son las cosas”, dijo Halty. La propuesta planteaba, en cambio, que con esta medida se amparaba “a las personas en el ejercicio de sus derechos individuales, susceptibles de ser vulnerados por conductas delictivas”

Los argumentos en contra fueron contundentes; la reforma no pone los ojos en la prevención del delito ni en la realidad de las cárceles: hacinamiento, falta de cupos estudiantiles y laborales, falta de asistencia médica y psicológica, falta de control y rehabilitación por drogas, y se podría seguir. No hay posibilidades de reinserción social en el actual sistema carcelario. Pero además, tampoco se pone foco en las rutas principales del narcotráfico, sino que se ataca a uno de los últimos eslabones de la cadena: las bocas. 

La situación regional permite dar cuenta de lo que sucede cuando los militares o policías militarizados se encargan del “orden público”. En Chile, el número de muertes en manos de los militares es de 19. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) de ese país afirmó que desde que el presidente, Sebastián Piñera, declaró el toque de queda hace una semana, la cifra de detenidos aumentó a 2.840 y los heridos, a 582. A su vez, se presentaron 67 acciones judiciales, entre las que 12 son por violencia sexual que incluyen “desnudamientos, amenazas de violación y tocaciones”, por parte de las Fuerzas Armadas. En Río de Janeiro, desde el ascenso de Wilson Witze como gobernador, los asesinados en manos de las fuerzas estatales fueron 1.249, teniendo en cuenta el período que va del 1° de enero hasta agosto de este año. 

En Uruguay, quienes se oponían a la reforma no se quedaron en silencio. “Marchemos: que el miedo no te coma”, fue la consigna de la articulación nacional No a la Reforma, que convocó a una marcha a la que acudieron más de 100 mil personas, según sus cálculos. Desde 2018, organizaciones y colectivos se organizaron para evitar que la reforma constitucional se concretara, elaborando propuestas y argumentaciones para que más gente se sumara en contra del plebiscito. 

Intenciones de voto

Los resultados de las últimas encuestas eran disímiles: algunos señalaban que la reforma no llegaba a los votos necesarios y, dos de los tres que planteaban la intención de voto con más del 50 por ciento, consideraban poco factible que todos los que estaban a favor colocaran finalmente la papeleta, dado la experiencia de plebiscitos pasados.

Factum planteó que el Sí recibiría un 39 por ciento. Según Radar, el plebiscito iba a tener una adhesión de 43 por ciento. Equipos y Opción fueron las encuestadoras que plantearon que más del 50 por ciento votaría el Sí. Equipos supuso un 51 por ciento y Opción un 52 por ciento. Equipos, a su vez, manifestó a Subrayado que las posiciones ante la propuesta de Larrañaga eran polarizadas: en la oposición el 76 por ciento la votaría mientras que sólo el 25 por ciento de los votantes frenteamplistas colocarían la papeleta. 

Cifra planteó la intención de voto al plebiscito con un 53 por ciento y, si bien no hizo referencia a la posibilidad de que parte de ese porcentaje no colocara la papeleta, planteó que el margen de error era de 3 por ciento. La encuestadora hizo énfasis en que el principal número de votantes de la iniciativa parte del Partido Colorado: 84 por ciento de sus votantes apoyaría la reforma. El segundo partido con mayor cantidad de adherentes a la reforma sería Cabildo Abierto, con un 80 por ciento. En cuanto al partido del que proviene la propuesta, la intención de voto es del 70 por ciento. En el oficialismo, según Cifra, únicamente uno de cada cinco estaría a favor de la reforma. 

Escribe Camila Zignago

Producción de Tania Fernández, Agustina González y Clara Vaz

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