Tras casi una década de caída ininterrumpida del indicador, al igual que en el resto de América Latina, en 2018 sólo 61% de los uruguayos opinó que la democracia es preferible a cualquier otro sistema de gobierno. 18 % de los ciudadanos no manifestó sus preferencias, mientras que 15% sostuvo que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático, porcentaje que particularmente en Tacuarembó sube a 54%.

Los datos fueron publicados en el estudio Latinobarómetro 2018, que se nutre de encuestas de opinión pública realizadas en 18 países latinoamericanos. En Uruguay el relevamiento de datos estuvo a cargo de la consultora Equipos Mori y entrevistó a 1.200 personas como muestra representativa de la población de todo el país.

Alarma democrática

Según el estudio internacional, Soriano es el departamento donde casi la totalidad de los ciudadanos (96%) piensa que la democracia es la mejor forma de gobierno, en tanto, los habitantes de Río Negro opinaron por unanimidad en contra de un régimen totalitario como opción. A cuatro de cada diez encuestados en Treinta y Tres no les interesa particularmente uno u otro sistema.

En lo que refiere al grado de satisfacción con el funcionamiento de la democracia uruguaya, la mitad de los habitantes a nivel nacional está desconforme. En Paysandú, Artigas y Río Negro, el porcentaje de insatisfacción ronda el 60%. Durazno es el único departamento donde nueve de cada diez ciudadanos opinó en forma favorable, mientras que 25% de los rochenses y los sanduceros se declaró francamente insatisfecho.

Alarma académica

El estudio a cargo de Latinobarómetro se realiza a nivel continental desde 1995. Al menos desde hace siete años, los informes anuales han revelado indicadores que alertan que las democracias latinoamericanas están en serios problemas. Los analistas advierten que los resultados de los estudios de opinión de 2018 constatan los síntomas de una enfermedad a la que denominan “diabetes democrática”.

Venezuela (75%), Costa Rica (64%) y Uruguay (61%) lideran el apoyo democrático en el continente sudamericano. Fuente: Latinobarómetro 2018. Infografía: Tomás Hernández

Marta Lagos, directora ejecutiva de Latinobarómetro, consideró que las preocupantes opiniones de los ciudadanos sobre la democracia anuncian el fin de la “tercera ola de democracias”, consolidada con la eliminación casi total de los regímenes dictatoriales el año pasado. La economista sostuvo que los sistemas autoritarios a los que se refieren las ciudadanías no son los clásicos golpes de Estado donde los militares tomaron el poder por la fuerza de las armas. “Las nuevas formas de autoritarismo surgen a partir de personalismos presidenciales que minan la autonomía de los distintos poderes del Estado y se quedan con todo el poder”, aseguró Lagos.

Alarma del sistema

La tendencia latinoamericana también está presente en Uruguay, donde uno de cada cuatro ciudadanos afirmó tener mucha confianza en las Fuerzas Armadas. En los departamentos de Flores, Rivera y Florida, la confianza en las instituciones armadas trepa o sobrepasa el 60%. Por el contrario, en Maldonado, Cerro Largo, Durazno y Paysandú, dos de cada tres ciudadanos no confía en los militares.

Otro indicador explorado por el Latinobarómetro refiere a la confianza en los partidos políticos. 62% de los uruguayos les tiene alguna o mucha confianza, mientras que uno de cada tres ciudadanos afirmó tener poca o nada de confianza en ellos. A nivel departamental, la mitad de los habitantes de Canelones no confía en los partidos y en Montevideo el porcentaje de desconfianza baja al 40%. Las mediciones en Flores y Tacuarembó mostraron que tres de cada cuatro habitantes no depositan su confianza en estas instituciones.

Partidos políticos, sindicatos y fuerzas armadas no recogen porcentajes máximos de confianza. Fuente: Latinobarómetro 2018. Infografía: Tomás Hernández

La mayor parte de los sindicatos han sido históricamente una pieza social protagónica en la oposición a los regímenes autoritarios en América Latina. Sin embargo, los datos recogidos por el Latinobarómetro en Uruguay muestran que sólo 9% de los ciudadanos tienen mucha confianza en las organizaciones gremiales. En Tacuarembó, 63% de la población no confía en los sindicatos y en Colonia, Canelones, Florida, Paysandú, Rocha, Salto, San José y Treinta y Tres la desconfianza oscila entre 40 y 50%. Por su parte, 7% de los encuestados prefirió no contestar la pregunta.

Lagos concluyó que estas desconfianzas se corroboran en “la fragmentación del sistema de partidos, que habla de una alta tasa de vencimiento de liderazgos y el surgimiento de nuevas figuras políticas que representan crecientemente a pequeños grupos de ciudadanos”, fenómeno que quedó visibilizado últimamente en el escenario electoral uruguayo.

Alarma de salud

Desde 2013, Latinobarómetro ha sido enfático en señalar el lento y sostenido declive de indicadores del apoyo a la democracia, al que diagnosticó como “diabetes democrática”. Lagos describió la enfermedad como invisible en su origen y, si bien no mata de inmediato, una vez que aparece es extremadamente difícil de erradicar. La investigadora sostuvo que los resultados del año 2018 mostraron que ha sido la peor de todas las mediciones, por lo que “éste puede denominarse como un ‘annus horribilis’ para la región”.

En Uruguay, algunos resultados revelan sorpresas. 5% de los ciudadanos del país no entiende qué es una democracia y sólo 17% considera que en el país hay una democracia plena. Por su parte, 6% de los uruguayos piensa que no tenemos una democracia y casi 70% afirma que nuestra democracia tiene pequeños o grandes problemas. 

La respuesta a una de las preguntas de la encuesta convertida a cantidad de habitantes en cifras absolutas. Fuentes: Latinobarómetro 2018 e INE Censo 2011. Infografía: Tomás Hernández

Cerro Largo es el único departamento donde siete de cada diez habitantes piensa que hay una democracia plena, en tanto 40% o más de los ciudadanos de Treinta y Tres, Maldonado, Paysandú, Río Negro y Flores opina que el sistema democrático uruguayo tiene grandes problemas. En Artigas, uno de cada tres habitantes no entiende lo que es una democracia.

A pesar de la calificación crítica que los uruguayos hacen de la salud democrática, 65% de los ciudadanos opinaron que la democracia es el mejor sistema político-social y 29% respondieron negativamente a esta afirmación. A nivel departamental, Rocha y Río Negro lideran con más de 80% el apoyo a las virtudes democráticas, mientras que en Tacuarembó casi 40% las valora negativamente.

Alarma social

La directora ejecutiva de Latinbarómetro sostuvo en una presentación del informe realizada la semana pasada, que “es necesario que la democracia tenga también, como en la medicina, indicadores de la presión, un guarismo que permita encender las luces de alarma para actuar antes de que sucedan los acontecimientos”. Según Lagos, el informe 2018 muestra altos niveles de “presión” en varias democracias de la región, que deberían servir de voz de alarma para que darse cuenta que posiblemente aumenten los países no democráticos en el continente. “Sin militares, sin armas, es más difícil reconocer la pérdida de democracia”, concluyó.

La encuesta a nivel nacional también habla de la satisfacción de los uruguayos respecto a otras áreas más allá de la política. Tres de cada cuatro personas están satisfechas con su vida. En Paysandú sucede lo contrario, porque sólo 25% de los sanduceros expresó satisfacción al respecto. Por su parte, casi 80% de los uruguayos opinó que el país está estancado o en retroceso; no obstante, se percibe una leve mejora de la percepción al respecto en la mayoría de los departamentos al sur del Río Negro.

La violencia ejercida por grupos armados o pandillas, cobra en 2018 una presencia notoria en las respuestas recogidas. Fuente: Latinobarómetro 2018. Infografía: Tomás Hernández

La delincuencia y la seguridad pública son el problema más importante del país para 44% de sus habitantes. En Rocha esta afirmación trepó a 63% y en Florida a 75% de los encuestados.

Mientras que a nivel nacional la desocupación y el desempleo fueron mencionados como mayor problema por 15% de la población; en Artigas, Durazno, Flores, Paysandú, Río Negro y Tacuarembó, esta preocupación está presente en 30% de los encuestados. En Flores, Rivera y Tacuarembó, la violencia vinculada con pandillas o grupos organizados armados oscila entre el 5 y 7%, lo que alerta sobre la presencia de nuevas conductas criminales. En Artigas y Maldonado, uno de cada cuatro habitantes menciona a la educación y el consumo de drogas como los mayores males nacionales.

La encuesta también consultó sobre los problemas más importantes en cada departamento. En Artigas, los encuestados resaltaron la deficiencia en los servicios básicos como agua y luz en un 23%, cifra que en Rivera fue de 18%. Uno de cada cuatro artiguenses indicó paralelamente a la educación como escollo de importancia local.

En Cerro Largo, Paysandú, Tacuarembó y Artigas los entrevistados opinaron que el consumo de drogas es preocupante (entre 14 y 21%) y en Soriano el problema de la delincuencia y la inseguridad pública desvelan a 64% de los residentes, porcentaje cercano al que exhiben Montevideo, Colonia y Lavalleja.

Alarma general

Para Lagos, la corrupción es uno de los factores fundamentales que han minado la democracia latinoamericana y sus posibilidades de consolidación. En sus reflexiones finales sobre el Latinobarómetro 2018, la investigadora elaboró una lista de 18 ex presidentes y vicepresidentes que han sido condenados, acusados, procesados o han estado involucrados en escándalos de corrupción. El ex vicepresidente uruguayo Raúl Sendic cierra el listado, con una referencia al procesamiento que le dictaminó la justicia en mayo de 2018, por un delito de abuso de funciones y peculado.

Dos elementos prioritarios en la formación de opinión de los ciudadanos surgen a partir de lo que se siente y lo que se cree. En ese sentido, los indicadores son también preocupantes. Al momento de realización de la encuesta, 80% de los uruguayos sintió que la situación del país era mala o muy mala. Durazno fue el único departamento donde 75% de los encuestados sostuvo que la situación era buena. En Artigas, 14% opinó que la situación era muy buena, cifra que contrasta con el 1% que se observa a nivel nacional.

Los entrevistados afirmaron que el gobierno o los partidos políticos pueden conocer el contenido de su voto. Fuente: Latinobarómetro 2018. Infografía: Tomás Hernández.

En lo referente a los imaginarios de los uruguayos 15% de los encuestados sostuvo que en la última campaña electoral (2014-2015) vio a figuras políticas repartiendo favores o dinero para comprar su voto. A nivel departamental, este porcentaje tiene indicadores particularmente altos en Artigas (57%), Cerro Largo (65%) y Maldonado (41%).

En materia de transparencia y solidez democrática, ante la pregunta ¿Cree usted que su voto es secreto o los partidos y el gobierno pueden descubrir por quién votó?, 54% respondió que el voto es secreto, 40% que el contenido del voto se puede descubrir y 6% manifestó que no lo sabe o prefirió no contestar.

FacebookTwitter