Elvis en su esplendor

“Well, it’s one for the money,

two for the show

Three to get ready

Now go, cat, go

But don’t you

Step on my blue suede shoes

You can do anything

But stay off of my blue suede shoes”

Fragmento de “Blue suedeshoes” de Carl Perkins, 1955.

 


Una vez el músico Bruce Springsteen dijo: “Ha habido un montón de chicos duros. Ha habido un montón de farsantes. Y ha habido un montón de aspirantes. Pero solo hay un rey”. Hemos visto pasar un montón de estrellas fugaces, pero ninguna ha logrado tanto brillo y  permanencia, aunque no siempre estuvo en lo alto.
Su cuerpo fue encontrado inconsciente en el suelo del baño de su casa en Memphis. Tenía todo pronto para salir de gira aquella fatídica mañana del 16 de agosto de 1977, en la que una falla cardíaca detuvo su corazón a los 42 años.Una muerte llena de dudas, acusaciones cruzadas entre  médicos, silencios y misterio asociado al consumo excesivo de drogas y fármacos, y posibles alergias. Incluso aquellos amantes de las teorías conspirativas aseveran que está vivo, deambulando por algún lugar del mundo donde aseguran haberlo visto más de una vez.
In the ghetto. Memphis está situada en el suroeste del estado de Tennessee, en Estados Unidos. Hacia fines del 1800, luego de una crisis de fiebre amarilla que redujo notablemente la población, un intenso proceso migratorio del campo a la ciudad produjo una interesante mezcla cultural. Campesinos y negros desparramaron talento e innovación influyendo en la creación de grandes géneros musicales como el blues, góspel rockabilly y el mismísimo rock and roll. También allí nacieron otras grandes estrellas como B.B. King y Johnny Cash.
El joven Elvis Aaron Presley llegó con tan solo 12 años a la ciudad que sus padres eligieron para trasladarse y donde vivió los años más importantes de su vida. Era un joven tímido y no era un estudiante brillante. Incluso una de sus maestras de música se atrevió a decirle que carecía de talento, por lo que él volvió a clases con su guitarra y logró convencerla de lo contrario, al entonar el clásico Keep them cold icy fingers off me de Pee Wee King. Según Presley “El rock and roll es básicamente góspel, rhythm y blues. Arrancó por ahí y la gente siguió sumándole sonidos”. Según el ex Beatle John Lennon, “Antes de Elvis no había nada”.
En 1954, Sam Phillips, productor propietario del sello Sun Records, encontró en Elvis la forma de expandir los nuevos ritmos afroamericanos: un tipo fachero con una linda sonrisa y una preciosa voz barítono o tenor  cuyo rango vocal circundaba entre dos octavas y un tercio. Sus principales influencias provenían del pop, la música country, la música góspel de las iglesias y la negra R&B, cimientos del rockabilly.
Un año después su contrato fue vendido a RCA Víctor Records donde se inició versionando canciones de otros, lo que era común en la época. Unos meses después, el del jopo ya era una sensación internacional. Su estilo era único; su primer gran éxito fue “That’s all right mama” del blusero Arthur Crudup.
Fever. Poseedor de gran carisma, un cabello envidiable y fuerte presencia escénica, balanceaba con sensualidad su cuerpo, estremeciendo a sus miles de fanáticos de todo el mundo: “Algunos golpean sus pies, algunos chasquen los dedos y algunas personas se bambolean para adelante y atrás. Yo creo que solo lo hago todo junto”, comentaba en una entrevista allá por 1956.
El crítico de música y biógrafo Peter Guralnick sostiene que “Elvis creía que su música rompía barreras tanto musicales como raciales” y sucedía; había una admiración recíproca para con los músicos negros.Todos querían ser como él, lo admiraban y lo aceptaban. Vendió más de un billón de discos, lo que ha sido insuperable.  El éxito de ventas le valió  premios de oro, platino o multi platino, y catorce nominaciones a los Grammy, de los cuales ganó tres.
Entre 1958 y principios de 1960, interrumpió su carrera musical para ingresar al Servicio Militar. Luego de una fase de entrenamiento se unió a la tercera División Blindada en Friedberg, Alemania. En esa ciudad conoció tres grandes amores: el karate, las anfetaminas y quien siete años después se convertiría en su esposa y madre de su única hija, Priscilla Beaulieu.
Protagonizó treinta y tres películas exitosas e hizo historia en sus apariciones televisivas. El actor Martin Sheen, considerado  “experto en Elvis”, asegura que el rey del Rock soñaba con ser actor, a pesar de que brilló con la música: “hubo dos íconos en los sesenta que nos cambiaron la vida: Elvis Presley y James Dean. Provocaron un gran impacto en nuestra cultura y todavía sucede”. “Elvis fue el primer cantante amado por hombres y mujeres por igual”, agregó.

Elvis, el ocaso.

Suspicious mind. Los últimos años de Presley fueron duros. Su adicción al sexo, las drogas, la comida chatarra y el rock and roll no compatibilizaban con sus problemas de salud: glaucoma, hipertensión, colon irritable, azúcar alta y varias lesiones físicas.  No sólo era adicto a las anfetaminas y los somníferos, había incursionado en medicinas para el dolor aún más fuertes que la morfina pura. Incluso hubo oportunidades en que su cuerpo no le respondía, ni siquiera podía levantar un brazo. Todos los fármacos eran recetados por su médico personal.
 
Vivía rodeado de amigos, el famoso grupo apodado “Mafia de Memphis”, que no lo dejaban ni a sol ni sombra. Todo giraba en torno a él, su imagen, sus caprichos y su ánimo cambiante: pasaba de la euforia a la depresión, de encerrarse horas en su habitación a desaparecer por días.
Su cuerpo había cambiado, ya no era tan atractivo y sus shows no ofrecían lo mismo que en su época de esplendor. Su mánager, el “Coronel” Tom Parker sufría serios problemas con el juego, llegando a perder millón y medio de dólares en la rueda de la fortuna de los casinos por noche. Estaba en bancarrota y debía pagar las deudas del vicio, por lo que obligaba a Elvis a ofrecer tres shows por noche durante los siete días de la semana y él se quedaba con el cincuenta por ciento de las ganancias.
El artista ya no tenía la misma cantidad de seguidores, estaba físicamente agotado, pero la necesidad de dinero y el deseo de complacer a su círculo íntimo lo obligaron a aceptar ese ritmo frenético, soportando graves problemas de salud y con su adicción a cuestas. Por un lado drogas para resistir el trajín, y por el otro, drogas para poder descansar.
Una madrugada, mientras compartía  dormitorio con su pareja de aquel entonces, la modelo y actriz Ginger Alden, se levantó de la cama para ir al baño. Tras un momento de silencio, Alden lo encontró inconsciente. Llamó a sus amigos que permanecían en Graceland, la mansión del músico y ellos se comunicaron con la ambulancia que tardó veinte minutos en llegar. Horas más tarde, la noticia se hacía pública: el rey había muerto.
Vivió una vida intensa, rodeado de gente complaciente, mujeres dispuestas a todo, oportunistas, amigotes que lo veían desmoronarse, y murió solo, desplomado en el baño del lugar que lo había acogido tantos años. Es difícil de comprender tan trágico final, pero como solía decir: “hijo, no critiques lo que no entiendes. Nunca caminaste en los zapatos de ese hombre”.
Cecilia García
 

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