Con un presupuesto anual de nueve millones de dólares y doscientos funcionarios, las alertas emitidas desde el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) activan protocolos que a través del Sistema Nacional de Emergencias (SINAE) y los centros coordinadores departamentales, buscan garantizar la seguridad de la ciudadanía por parte del Estado.
Aunque en Uruguay existe el ejercicio liberal de la profesión de predictor meteorológico, éstos no están autorizados a emitir alertas. La presidenta del instituto, Madeleine Renom, aseguró a Sala de Redacción que cuando se desmiente o pone en duda una alerta oficial “lo que se logra es generar incertidumbre en la población. Inumet es el único autorizado por ley a emitir alertas o avisos”.
Responsabilidad
Madeleine Renom es la primera licenciada uruguaya en Ciencias de la Atmósfera, doctora en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y desde diciembre de 2016 presidenta de Inumet. Renom sostuvo a Sala de Redacción que a veces se cometen errores “porque la materia meteorológica es así”, pero que prefiere soportar “esos errores que se basan en la poca predictibilidad de algunos fenómenos, que tener que lamentar la pérdida de vidas humanas por falta de previsión”.
El instituto realiza el análisis y control permanente de condiciones climáticas muy dinámicas, con los que procura adelantarse, por ejemplo, a las olas de frío. A partir de esos resultados se implementan avisos a la población, a los medios de comunicación y a otras instituciones como los ministerios de Desarrollo Social y Salud Pública, para que se tomen las decisiones más adecuadas.
“Uno de los grandes cambios de esta gestión fue pensar nuestros servicios desde las necesidades de los usuarios”, explicó la meteoróloga. Para ello se desarrolló una página web que ofrece en forma sencilla toda la información meteorológica actualizada, además de unos 30 videos educativos que también están disponibles en la plataforma del Plan Ceibal.
En 2017 el Inumet comenzó a utilizar polígonos en sus predicciones. “Antes poníamos en alerta a todo Tacuarembó cuando sabíamos que iba a llover en alguna localidad del sur del departamento”, confesó Renom. El modelo de polígonos permite precisar los pronósticos a la vez que mencionar las ciudades y pueblos abarcados por la predicción, lo que “genera pertenencia en la ciudadanía a través del reconocimiento del lugar”, dijo la presidenta del Inumet.
Desafíos
El Instituto Uruguayo de Meteorología fue creado por ley en el 2014, a partir de la Dirección Nacional de Meteorología, anteriormente fundada en 1950 en la órbita del ministerio de Defensa Nacional. Aprovechando la nueva institucionalidad, Renom ha liderado una reforma que convirtió al Inumet en una institución técnico-científica, generando nuevos departamentos y áreas que incluyen investigación y desarrollo.
Actualmente el organismo tiene 207 funcionarios y cuenta con 23 estaciones meteorológicas distribuidas en todo el país, seis de las cuales funcionan las 24 horas del día, combinando personal y procedimientos automatizados.
Próximamente se incorporarán siete estaciones automáticas, una de las cuales se instalará en Lavalleja donde actualmente no existe una. El propósito de la actual gestión, es que todas las estaciones que funcionan las 24 horas tengan observadores para aumentar la calidad de la información que los automatismos no son capaces de proporcionar.
“Cuando asumimos en 2016, el plan quinquenal de gastos e inversiones ya estaba aprobado. Nosotros nos propusimos ser eficientes sin pedir más plata. Como institución pública estábamos muy en el fondo de la consideración general y creo que hoy hemos salido del pozo”, confesó Renom. Según la investigadora e impulsora de la actual Licenciatura en Ciencias de la Atmósfera de la Universidad de la República (Udelar), este objetivo se cumplió aumentando el profesionalismo de los funcionarios, trabajando interdisciplinariamente e incorporando tecnología moderna.
El cambio de la red pluviométrica fue otro gran desafío afrontado. Cuenta actualmente con 300 dispositivos distribuidos principalmente en seccionales policiales de todo el país donde una persona mide una vez por día el agua acumulada generando un dato que refleja cuánto llovió en 24 horas en cada lugar. Ya se están sustituyendo 50 de estos aparatos por telepluviómetros, que registran y transmiten automáticamente los datos cada cinco minutos.
Según Renom, la información generada a partir de las precipitaciones es una de las variables más codiciadas porque es vital para diseñar los saneamientos de las ciudades, prever desbordes de cursos de agua o calcular la erosión de los suelos. Además se están instalando telepluviómetros en escuelas rurales, lo que permite hacer docencia directa e indirecta en materia climatológica y atmosférica.
Big data
Inumet tiene a su cargo también el Banco Nacional de Datos Meteorológicos y Climáticos que junto con información genómica generada por otras instituciones -como el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE)-, constituyen los grandes precursores del “big data” uruguayo. Allí ANTEL se encarga de aportar la infraestructura de transmisión y almacenamiento de datos. Con fondos de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), el Instituto de Estadísticas y el Departamento de Ciencias de la Atmósferas de las facultades de Ciencias e Ingeniería de la Udelar, el instituto está desarrollando su primer proyecto de investigación.
Uruguay tiene a nivel climático en el continente, las más largas y mejores series temporales de datos sobre temperatura y precipitaciones aunque existen “agujeros” que estadísticamente se pueden llenar a través de este proyecto de investigación. La presidenta del Inumet, explicó que “analizando estos datos podemos comprender cómo cambió la climatología en las últimas décadas, definir hacia atrás si se pueden identificar olas de calor o de frío, frecuencias de heladas o comienzo y fin del período de esas heladas, lo que sería conocimiento vital para el agro”.
Género
“Me enojo mucho cuando vamos a un evento con mi compañero del directorio, Gabriel Aintablian y la gente da por sentado que él es el presidente del Inumet” confiesa entre risas Renom, quien fue electa por sus pares del continente como vicepresidenta de la regional sudamericana de la Organización Mundial de Meteorología (OMM).
“He peleado toda la vida por la meteorología en Uruguay y ocupar este cargo es una forma de realizar un sueño. Además, muestra que se puede ser mujer, tener un doctorado, tener hijos e investigar en ciencias duras como la matemática y la física”, agregó la investigadora. Recordó además los estudios de doctorado en Buenos Aires que concretó viajando en el día gracias a una “beca sándwich”, que es una modalidad donde parte de los estudios se hace en el exterior y el resto en Uruguay.
Casi la mitad del personal actual del Inumet está compuesto por mujeres que tienen especializaciones en meteorología, geofísica y oceanografía, muchas de las cuales ocupan cargos de dirección. Renom afirmó a Sala de Redacción que el denominado “techo de cristal” es una restricción que las mujeres sienten día a día y aunque en definitiva se trata de un tema de lucha por el poder, ella no tiene problemas en reconocer cuando los hombres tienen mayores capacidades o méritos que las mujeres. “En el Inumet, ser mujer no te otorga puntos extra”, sentenció.
Vigilantes
El Inumet ofrece una gran diversidad de productos que abarca informes meteorológicos y climatológicos diarios destinados a los sectores marítimo, aeronáutico y del agro. En áreas como la agropecuaria, Renom reconoce que aún hace falta madurez. Sin embargo, el instituto participa de un proyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y EUROCLIMA+ (organización climática perteneciente a la Unión Europea) para el monitoreo y seguimiento de sequías en seis países de nuestra región, enfocado específicamente en el campo y los recursos hídricos.
Según la entrevistada, hay fenómenos como el tornado que azotó Dolores que tienen baja predictibilidad, a tal punto que en Estados Unidos la única forma de alerta efectiva es mediante el uso de sirenas. Las tormentas convectivas como la ocurrida en Maldonado en 2005, son más sencillas de seguir ya que implican dinámicas atmosféricas más extendidas en el tiempo y por tanto más sencillas de monitorear.
Los predictores de turno del área de Pronóstico y Vigilancia Meteorológica están permanentemente evaluando modelos numéricos, a la vez que en algunos fenómenos se utiliza el “nowcasting”, donde se desarrolla observaciones de radares y otras tecnologías a tiempo real. Renom recordó que hay muchísimos estudios sobre la formación de ciclones extratropicales, especialmente en las costas de Rocha y Maldonado.
Un producto novedoso del Inumet es la incorporación de la perspectiva a 10 días, que no sustituye al pronóstico del tiempo pero está alineada con la ciencia a nivel mundial y al uso de modelos matemáticos con esa escala temporal. El objetivo general que se busca cumplir al final de este período, es el de cubrir toda la línea de tiempo de los fenómenos meteorológicos: nowcasting (vigilancia a tiempo real), escala sinóptica (pronósticos diarios múltiples), interestacional (15 días a un mes), estacional (tres meses) y variabilidad climática (interanual).
Las intendencias de Montevideo, Canelones y Maldonado, han realizado talleres de capacitación para salvavidas con personal del instituto, aprovechando la estrategia institucional de relacionamiento del Inumet con la sociedad. Este sábado 10 de agosto se inauguró en la fotogalería al aire libre del barrio Prado de Montevideo (junto a la estación meteorológica allí existente), la exposición fotográfica “Contemplando la atmósfera” con la organización del Centro de Fotografía de Montevideo (CdF) en base a registros presentados por la ciudadanía en un concurso realizado en 2018.