Seis trans asesinadas y una obra de teatro. Olor a incienso. Un escenario rebosante de pelucas, espejos, maquillajes e imágenes religiosas que comparten espacio con lencería, muñecas y plumas. En las butacas, expectativa -¿tensión?-.Casi dos horas después, el público se levantó de sus asientos en el Teatro Anglo para aplaudir la pieza con risas angustiosas que se diluían en un sentimiento de “sé lo que ví”, pero “no sé qué pasó”, entre “sé lo que son” pero “ya no sé qué soy”, cercano a un “¿qué es lo que hago con lo que son?”. 6seis, todos somos culpables nace desde la ambición e indignación de  Fernando Rodríguez. Ya lo dice su nombre, todos somos culpables, pero ¿de qué? De la indiferencia, de la latente homofobia -transfobia- que nos obliga a la inacción.
Fernando Rodríguez es coordinador del área Artes Escénicas del Consejo de Educación Secundaria, y junto al dramaturgo Federico Roca, pariero lenta, parsimoniosa y reflexivamente esta pieza de teatro que se puede definir como una parodia dramática al estilo broadway. La labor comenzó en 2011, cuando Fernando viajó a Nueva York y vio “Laramie Proyect” de Tectonic Theatre. La historia fue concebida allí como producto de una investigación en torno al asesinato de un joven gay. Fascinado con la obra y motivado por la sucesión de asesinatos a trans en Uruguay, el director encontró un método y un tema sobre el cual trabajar.
Los seis crímenes sucedieron en Uruguay con diferencia de dos meses. Solo uno fue aclarado, el de Pamela de Melo. Del resto aún no se sabe nada. Lo único que se conoce, por medio de recortes de prensa, es que los asesinatos fueron en circunstancias similares y con métodos que levantan sospechas sobre un posible asesino serial.  A una de las mujeres le entregaron con el cajón cerrado a su familia y le prohibieron abrirlo. Esto, sumado a la reticencia informativa por parte de las autoridades policiales y judiciales, genera en los familiares y amigos de las víctimas la certeza de que no se quiere avanzar en el esclarecimiento de estos casos.
La discriminación y la hipocresía”, en estos casos, se transforma en el foco de la creación artística, cuenta a SdR Fernando Rodríguez. “Lo que provoca la risa es terrible”, y es así. El público se descubre de un momento a otro riéndose de su propia homofobia a través de personajes absurdos -pero no menos reales- que se escandalizan ante la muerte.
Quizá en esto está la explicación para que la obra de  este colectivo siga en cartel y lleve más de 50 funciones sin publicidad comercial, la capacidad de mantenerse al límite entre el drama y la parodia, pero nunca la caricatura. La idea de Federico es seguir la técnica brechtiana del distanciamiento de “no dar tiempo a compadecerse”. El director alemán pensaba que el público no debía sumergirse en la ficción para concentrarse en las ideas. De esta forma se obliga a la reflexión sobre la realidad según las leyes de la dialéctica,  cambiante y contradictoria.
6seis, todos somos culpables, está en el Teatro del Anglo después de haber pasado exitosamente por el Teatro Circular. También han realizado funciones barriales en la Teja, Cerro, Borro y Cruz de Carrasco, con una extraordinaria respuesta del público. La obra se mostrará próximamente en el interior a través de los fondos concursables del MEC en los departamentos de  Maldonado, Canelones, Colonia y Soriano.
Edward Braida / Gabriela Pasturino

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