Esta red nació de un grupo de cinco amigas abogadas y enfocadas en una perspectiva de género que hace un año decidieron crear este espacio feminista que trabaja en defensa de los derechos de mujeres, niñas, niños y adolescentes. La respuesta fue masiva: “La gente tiene mucha necesidad de contar y se expone muy fácilmente aún sin saber quién está del otro lado”, dijo la abogada, que agregó que el grupo recibe “mails y mensajes donde nos cuentan todo con lujo de detalles; ahí vos te das cuenta lo vulnerables que somos. Esto tiene que ver con la necesidad de hablar, de expresar lo que nos pasa”. Al ver las respuestas, decidieron sacar un comunicado vía Facebook para informar que no contestan las consultas por mail sino con previa agenda y de forma presencial.
Cáceres subrayó que “como todo lo que surge del feminismo, es a pulmón”. Si bien al comienzo, no cobraban la consulta, después resolvieron hacerlo “por una razón de jerarquizar el trabajo: cada caso es particular y necesita un abordaje que es propio, el enfoque desde lo jurídico también es particular y personal, hay que construirlo en base a una relación de confianza y eso es un trabajo“, explicó.
Murga, mi buena amiga
Hace unos meses, decenas de varones del ámbito del carnaval fueron expuestos públicamente por situaciones de acoso, abuso y violencia sexual a mujeres y niñas en la cuenta de Instagram “Varones Carnaval”. “Nosotras las asesoramos en cuanto a estrategias jurídicas pero Fiscalía actuó muy rápido y de oficio”, comentó Cáceres, y agregó que “una de las personas que había salido en varias de las denuncias, que ya tenía una denuncia anterior hecha por los papás de una nena, fue formalizada”.
La abogada ratificó la importancia de la denuncia como denuncia política que, según explicó, “coloca un tema en debate, en agenda política”. “Lo de Varones en Carnaval fue una denuncia política que después terminó derrapando en un escrache”, dijo. Analizó que se hicieron públicas situaciones que vivieron distintas mujeres en un ámbito específico y que se visibilizó lo naturalizada que está la violencia machista en el carnaval, un espacio popular que siempre estuvo bien visto por la sociedad. Las prácticas están normalizadas a tal punto que muchas veces ni siquiera se reconocen como acoso, abuso o alguna otra forma de violencia de género.
Esa normalización se cruza a veces con perspectivas políticas que ahora fueron puestas en cuestión: “El movimiento feminista está identificado ideológicamente con la izquierda. Acá hay una conexión: si sos del Frente Amplio, inclusive si sos varón, no sos machirulo. ¿Cómo puede ser que un tipo que se sube a un tablado y canta desde una moral elevada criticando determinadas acciones, sea el mismo tipo que supuestamente jugaba a las escondidas con menores de edad en la Escuela de Artes? Esto fue una cachetada de realidad“, reflexionó.
Redes sociales
La cuenta de “Varones Carnaval” no fue la única que denunció hechos de violencia. Gracias a la visibilidad que adquirió este tema, se crearon otras cuentas como la de “Varones del Rock”, “Varones del Hip Hop”, “Varones en la electrónica”, entre otras, en las que se publicaron testimonios de abusos que vinculan a figuras de renombre, pero que no tuvieron el mismo impacto.
Las redes sociales funcionan como herramienta para denunciar hechos de violencia y buscar una condena social, pero ¿ofician como soporte ante la falta de justicia? “Es la alternativa más inmediata“, respondió Cáceres, pero lamentó el desenlace de lo que ocurrió con Varones Carnaval: “Entiendo que la víctima denuncia cuando puede, como puede y de la manera que puede, entiendo que el sistema judicial que tenemos es poco amigable, pero el escrache es una herramienta peligrosa”, dijo, y aseguró que la única vía posible para juzgar personas tiene que ser la Justicia porque si no, “nos transformamos en una jungla”.
“Si nosotros queremos preservar el Estado de derecho, tengamos en cuenta y actuemos acorde con eso, porque si cada uno de los colectivos que existen en este país comienzan a tomar mecanismos propios alternativos de justicia, volvemos a la barbarie”, manifestó. “Esto no es lo que nosotras queremos, no queremos cambiar el poder de mano, no queremos hacer lo mismo que lo que estamos criticando ni tener el poder para hacer lo que hacen los varones porque entonces, no tiene sentido. Queremos transformar eso”, planteó.
También habló del efecto boomerang. Explicó que si la víctima hace un escrache público sin brindar pruebas, el implicado puede realizar una denuncia por difamación e injuria y quien realizó la denuncia pública se ve obligada por Fiscalía a rectificar públicamente sus dichos. “Empoderás al que cometió el delito porque termina ganándote en la Justicia”, sintetizó. “El escrache no tiene ningún beneficio, sólo el efecto placebo de la inmediatez pero después se te viene una ola en contra”, expresó.
Redes de contención
-¿Cuán importante es el apoyo del entorno de la víctima a la hora de hacer una denuncia?
–Todo. Un 100 por ciento. Lo más importante en las situaciones de violencia son las redes de contención que uno tenga. El decidirse a hacer la denuncia es el resultado de un proceso previo. No siempre es el camino inmediato, tarde o temprano el camino tiene que llevar a la denuncia pero no siempre es lo primero que hay que hacer. Es un proceso inestable que no compatibiliza con la ansiedad que tiene esa mujer y con su urgencia por resolver el problema. Es engorroso, es doloroso, una escucha cosas que no quiere escuchar, te exponés, te juzgan, es un proceso difícil.
-¿Cómo llevar adelante una denuncia de violencia de género sin la existencia de esta red?
–Ahí tiene que estar presente el Estado. Hay mujeres que están solas, las mujeres migrantes que llegan al país sin familia o aquellas que el propio proceso de violencia las ha dejado totalmente aisladas.
Cáceres hizo especial énfasis en la importancia de los equipos multidisciplinarios en los centros de salud y consideró que “es importante fortalecer los servicios, que en cada mutualista o policlínica del barrio haya un lugar de referencia para que esa mujer que no tiene a nadie, pueda ir”.
Las barreras son de distinto tipo, y Cáceres mencionó dos: “lo que hay es poco porque es un tema que sobrepasa, y mientras que no trabajemos en lo que tiene que ver con la educación y lo cultural, no vamos a avanzar. Lo otro es que no hay coordinación entre las estrategias del Estado para abarcar esto, entonces a veces los esfuerzos quedan en la nada. Es increíble que todavía haya mujeres que si tienen que hacer una denuncia no sepan a dónde ir; hay una falla en la comunicación, no logramos que la información llegue a todas”, planteó.
-¿Qué sucede con los menores?
–Nos ha pasado que adolescentes menores de edad nos escriban mails contando que pasaron por una situación de abuso y que les gustaría saber cómo denunciar. Nosotras lo primero que hacemos es explicar que no asesoramos por correo sino de forma presencial con previa coordinación. Los menores tienen que venir acompañados de un adulto, pero no hemos tenido devolución.
-¿Y cuando el adolescente no quiere involucrar a sus padres o a algún mayor?
–Depende el tipo de denuncia. Si vos sos un adolescente y querés denunciar una situación que está pasando dentro de tu casa y por eso no querés involucrar a tus padres porque la denuncia es contra ellos, tenés mecanismos para hacerlo: vas a Fiscalía, ahí podés hacer la denuncia y van a buscar a otra persona que pueda representar tus intereses. Que el niño y/o adolescente sea sujeto de derecho implica que pueda denunciar situaciones de las cuales es víctima. Distinta es la situación si a vos te sucedió algo que querés denunciar pero sin involucrar a tus padres porque no te animas a contárselo. En ese caso, lo primero que hay que hacer es involucrar a los padres. No podés atravesar todo un proceso judicial sin informar a los mayores a cargo. Siempre hay un referente y es fundamental que uno hable.
Ampliar la visión, ampliar perspectivas
-En referencia a las repercusiones que tuvo la Operación Océano vos dijiste a La Diaria: “Cuando vos sentís que algo es muy lejano y que a ti nunca te va a pasar, no te genera interés”. ¿Cuál es el camino para revertir esto y apelar a la empatía?
–La comunicación, la estrategia comunicacional que tengan los movimientos feministas. El movimiento feminista es amplio, heterogéneo y existe hace muchos años, siempre fue igual, cuestionado desde la misma interna del movimiento. Me parece que generar canales de comunicación con el otro que sean más amigables, sería una buena estrategia. Cuando el discurso se parcializa es cuando se limita. La forma de generar empatía es que esto se transforme en un tema del que todos podamos hablar, un tema que esté en la agenda.
Yo no quiero que todo el mundo salga a la calle a militar feminismo, no es obligatorio que sientas empatía por la causa, no te hace mejor ni peor persona que a vos te angustie el hecho de las diferencias estructurales que todavía tenemos las mujeres en esta sociedad pero sí está bueno entender que por más que a mí no me genere empatía hay otro al lado mío al que le puede estar pasando, porque pasa todo el tiempo, pasa mucho más de lo que nosotros imaginamos. Yo no puedo mirar el mundo desde mi realidad, porque si no, soy un boludo.
Cáceres considera que si una persona tiene la capacidad de entender que le puede pasar a alguien cercano, tiene más condiciones para visibilizar la situación.
Cuando el desconocimiento es de arriba
Todo discurso es político, más si viene de una diputada. “El hombre mata por frustración, obsesión, por exceso de amor y no por la condición de ser mujer”, fue una de las tantas frases polémicas pronunciadas por la diputada suplente de Cabildo Abierto, Inés Monzillo, en el marco de una exposición sobre violencia basada en género y generaciones.
“A mí lo que me preocupa es que hay un montón de gente que se siente representada por eso que ella está diciendo” sostuvo Cáceres, a la vez que señaló que la estrategia no puede ser de enfrentamiento porque “va a ser muy difícil llegar al otro”. “Hay que tratar de generar un puente con esa persona para que entienda que más allá de su creencia, que es respetable, hay algo que está por encima de eso y es el respeto por los Derechos Humanos, el respeto por el otro. No hay que tratar de ignorante al que piensa distinto. Lo que dijo la diputada es de un desconocimiento de las situaciones que es tremendo. Tiene que entender que desde ese lugar no puede generar ni fomentar un discurso de odio“, expresó la abogada.
Feminismo y confusión
–Nosotros tenemos por primera vez una vicepresidenta que es públicamente y desde hace muchos años una militante feminista. Los ataques que ha recibido Beatriz Argimón desde el propio movimiento feminista son inentendibles. Y yo digo: es la primera vez que tenemos en el poder una mujer con un claro enfoque feminista que trata de poner el tema en agenda política constantemente, entonces, ¿por qué la agresión? El feminismo no es solamente salir a tirarle bombitas a la iglesia. El feminismo tiene que ver con trabajar los temas de género aún desde un lugar de privilegio como el de Beatriz Argimón y Laura Raffo.
–La senadora frenteamplista Amanda Della Ventura, en conjunto con la Red Uruguaya Contra la Violencia Doméstica y Sexual, presentaron en agosto un proyecto de ley que propone la imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes. Clyde Lacasa, co-coordinadora de RUCVDS, dijo a Sala de Redacción que “parte del proceso de sanación es que se haga justicia”. ¿Qué opinión te merece?
-La justicia es un concepto absolutamente subjetivo, cada uno de nosotros lo construye sobre sus propios intereses. Desde otros ámbitos académicos pretenden construir un relato de justicia que no se ajusta a la realidad de los hechos. Comparto plenamente lo que dice Clyde pero, ¿de qué te sirve que un delito no prescriba si vos no tenés forma de probar que sucedió? La persona se desgasta, se erosiona emocionalmente para nada. Cuando uno maneja este tipo de cosas, hay que tener cuidado con la expectativa que genera en la gente. La prueba es fundamental, estamos en un Estado de derecho.
¿Femicidio como emergencia nacional?
“Se declaró la emergencia del femicidio como última medida de un gobierno que se estaba yendo. Lo que hicieron fue para la tribuna porque en ese momento había mucha presión social”, valoró Cáceres en relación a una de las últimas medidas adoptadas por el gobierno de Tabaré Vázquez, en respuesta a un reclamo de hace años por parte de los colectivos feministas. “Cuando declarás una emergencia nacional, inmediatamente tenés que decir qué medidas estás tomando para cortar con esa emergencia -cosa que no se hizo- porque sino sos un irresponsable como gobernante”, sentenció.