En una conferencia de prensa cargada de emoción el delantero salteño Luis Suárez, con la voz quebrada y los ojos humedecidos por las lágrimas, anunció su retiro de la selección uruguaya. El Estadio Centenario, escenario de tantas glorias del “Pistolero”, albergó este lunes la conferencia y será también el recinto donde se dará el verdadero adiós, cuando este viernes juegue su último partido con la celeste en el duelo por las Eliminatorias del Mundial 2026 contra Paraguay.  

Dentro de una carpa montada especialmente para la ocasión, el ambiente desprendía una mezcla de solemnidad y emoción cruda. Los periodistas, que usualmente mantienen una distancia profesional, no pudieron ocultar sus sentimientos; algunos se secaban las lágrimas mientras escuchaban a Suárez anunciar su retiro de la selección.

Afuera, el bullicio era igual de palpable, pero algo más eufórico. Entre gritos como “arriba Lucho” y aplausos constantes provenientes de un grupo de aficionados, niños y adultos esperaban ansiosamente la salida del número nueve de la carpa: se respiraba un aire de celebración y despedida simultánea. Esta noche, y como sucedió durante el funeral de Juan Manuel Izquierdo, la rivalidad entre los hinchas de los clubes del fútbol local quedó en segundo plano. A pesar del vínculo histórico y el pasado futbolístico de Suárez en Nacional, banderas y camisetas de Peñarol también estuvieron presentes. El frío invernal y el viento que sacudía el ambiente no impidieron que los colores de ambos clubes, junto con el celeste de la selección, ondearan con orgullo. 

Las afueras del Estadio Centenario. Foto: Micaela Bidegain

Historia viva

“El día viernes… me cuesta” fue lo único que logró decir el “Pistolero” mientras las lágrimas se acumulaban y le impedían seguir. Tras recibir una ovación de los presentes pudo retomar su discurso. “El día viernes será mi último partido con la selección de mi país”, confesó. 

Los flashes de las cámaras capturaban cada gesto, cada lágrima, cada palabra de Suárez. Cada pausa que hacía para recuperar el aliento y cada sonrisa triste que asomaba en su rostro eran seguidas de cerca por todos los lentes de los fotógrafos allí presentes. En la carpa, un silencio respetuoso se alternaba con aplausos espontáneos que conmovieron al delantero.  

Luis Suárez, el delantero uruguayo que marcó una era en el fútbol, tuvo su debut oficial con la selección uruguaya en febrero de 2007. Su habilidad para convertir goles en momentos determinantes, su inalcanzable garra y capacidad de liderar al equipo, lo convirtieron en una figura emblemática del fútbol. A lo largo de su carrera ha sido el referente indiscutido de la selección celeste, que guió a victorias memorables y con la que dejó una huella imborrable en el corazón de cada uruguayo. Suárez, con 142 partidos disputados con la selección y 69 goles convertidos es, como se podía leer en las pantallas de la conferencia, el goleador histórico de la selección uruguaya. 

Durante su carrera dentro de la selección se vio envuelto en varias situaciones polémicas, pero hay una que la hinchada celeste no va a olvidar nunca. Durante el apasionado duelo de cuartos de final entre Uruguay y Ghana en el Mundial de Sudáfrica de 2010, con el tiempo ya casi detenido y en un instante de desesperación, el delantero desvió con sus manos una pelota que se dirigía irremisiblemente hacia la red uruguaya. La imagen dio vuelta el mundo: la alegría uruguaya contrastaba con la indignación de los africanos. La acción le valió la expulsión al número nueve, quien lejos de retirarse por completo de la cancha permaneció en la oscuridad del túnel del estadio para presenciar el penal desacertado de Ghana y la clasificación del equipo a las semifinales.  

Suárez afirmó estar convencido de que este era el momento justo para poner un punto final a su carrera en la selección. Dijo que él mismo tomó la decisión, ya que no quería que las lesiones fueran lo que lo alejara de la celeste. “Voy a jugar mi último partido, lo voy a jugar con la misma ilusión que jugué el primero en 2007, con las mismas ganas e ilusión que tenía ese niño de 19 años. Este jugador veterano, o viejo, como se lo quiera llamar, va a dejar la vida el viernes”, aseguró el delantero. 

El delantero relató que fue una decisión difícil de tomar, que lo hizo con su familia a la que fue “aprontando de a poquito” para cuando llegara ese día. También confesó que pensó en dejar la selección después de la Copa América, pero que luego de una conversación con el entrenador Marcelo Bielsa, y debido a las sanciones que comprometen a varios jugadores, resolvió “dar una mano” y retirarse con su gente, también para que sus hijos vivan esa experiencia. 

“El otro día un amigo me dijo una frase que tiene razón. ‘Llegaste hecho un niño y te vas siendo una leyenda’. Empecé en el complejo siendo un niño que soñaba con jugar en la selección con la diez de Francescoli. Irme de la forma en la que me voy con tantos goles, con tantas amarguras y con muchísimas alegrías, eso no me lo va a quitar nadie. Lo que represento para mi país no me lo va a quitar nadie”.

Luis Suárez.

Entre lágrimas y muy conmovido admitió que, a pesar de que le gusta que sus hijos participen de cada momento de su carrera, les pidió que no estuvieran presentes, ya que sabía que no iba a ser un momento fácil. “No los quiero hacer pasar por este momento. El viernes verán la fiesta y eso va a ser mejor que lo de hoy (…) Espero que sea algo inolvidable para mí, para mi familia, para la gente”, sentenció.

Detrás del goleador 

A medida que avanzaba en su discurso, los recuerdos afloraban y las lágrimas brotaban de sus ojos. Suárez le dedicó unas palabras a quien, para él, fue un gran referente en su carrera, el “Maestro” Óscar Washington Tabárez, uno de los primeros en recibir el llamado del “Pistolero” para comunicarle la decisión.  “Él sabe lo que representó para mi en mi carrera en la selección. El 90% de mi carrera en la selección es de él. Es una persona que me ha dado todo. Le hice un pedido especial para el viernes, pero yo ya lo conozco, sé cómo es y lo entiendo perfectamente”, concluyó. 

Para aligerar un poco la tensión del momento, el histórico delantero compartió una divertida anécdota que dibujó sonrisas en el rostro de los presentes y en el de él. Suárez recordó cómo, al comunicarle su decisión de retirarse de la selección a Sebastián Abreu, el “Loco” lo intentó convencer de que no lo hiciera. “Lo llamé para confirmarle la decisión que ya había tomado, y ahí empezó con todo lo que es él: que por qué, que mirá esto, que lo otro, los Mundiales, los partidos, los goles. Le digo: ‘Papi, te llamé para confirmarlo’. Si lo hubiese llamado hace quince días, seguramente no estaría acá, porque él es así. Me intentó convencer muchísima gente más, pero lo entendieron: saben que es el momento ideal y justo”, reveló el número nueve. 

Consultado sobre su futuro, Suárez aseguró que no planea retirarse del fútbol profesional próximamente. “Quiero seguir disfrutando un poco más. Estoy muy feliz, muy contento” afirmó. Por otro lado, el “Pistolero” adelantó que, una vez finalizada su carrera deportiva, no será entrenador. “A futuro no se sabe. Lo que sí tengo claro y me la juego en decirlo es que no voy a ser entrenador. Sí estar vinculado al fútbol porque me gusta”, sentenció. 

Para concluir, Suárez habló sobre las personas claves que lo acompañaron y lo aconsejaron a lo largo de su carrera. Como en cada oportunidad que el delantero se refirió a su familia, emocionado, le dedicó unas palabras a su esposa Sofía Balbi, quien estuvo presente durante la conferencia. “Mi mujer que se come todos mis garrones, la que aguanta todo lo bueno y lo malo, en los malos momentos está siempre respetando mis decisiones, apoyándome. Hoy me llevaré otro rezongo porque lloré y me dijo que no llorara, pero era imposible” concluyó.

FacebookTwitter