Desde el año 2020 y hasta 2025, la “bancada religiosa”, alojada en la Cámara de Representantes, estará conformada por los cinco diputados que ya venían ocupando ese mismo cargo. El reconocido pastor evangélico neopentecostal, Álvaro Dastugue, que comenzó su carrera política de la mano de Verónica Alonso, pasó a tener incidencia en la lista de Juan Sartori y fue electo por Montevideo gracias a los 30.369 votos que obtuvo. Los cuatro restantes integraron listas del sublema “Todos, hacia adelante”, el sector que llevó a Lacalle Pou a ser reelecto como senador.
Por su parte, el actual diputado pentecostal Benjamín Irazábal lideró la lista 404 en Durazno que, con 8.380 votos, fue la más votada del departamento. En Rivera, 9.142 votos le dieron la posibilidad a Gerardo Amarilla, evangélico bautista, de volver a ocupar su banca. Como católicos conservadores fueron reelectos los nacionalistas Rodrigo Goñi y Sebastián Andujar.
Sin embargo, aun teniendo cinco legisladores que acudirán al Parlamento con la Constitución en una mano y la Biblia en la otra, se puede hablar de “bancada evangélica” sólo entre comillas.
En la región
En América Latina el evangelismo ha crecido significativamente en los últimos 40 años, incluso en la política. Al tomar distancia del catolicismo en la forma de vincular lo eclesiástico con lo mundano, los evangélicos, sobre todo sus ramas protestantes, concibieron que era necesario empezar a formar parte de estos entornos de discusión para restaurar los valores cristianos y la familia tradicional.
En Guatemala, actualmente un 41 por ciento de los ciudadanos se autodenomina evangélico protestante, según el último estudio de Pew Research, lo que se refleja también en su gobierno, liderado por ex comediante Jimmy Morales, el tercer presidente evangélico del país, quien será reemplazado por el ex director del Sistema Penitenciario, Alejandro Giammattei, que está en contra del aborto, cree que la homosexualidad es contraproducente y pretende revivir la pena de muerte.
Con el mismo porcentaje de protestantes, 61 de los 128 diputados del Congreso de Honduras son representantes del Partido Nacional, que llevó a Juan Orlando Hernández a la Presidencia. El partido se considera humanista y cristiano, y por ello se ha opuesto a transformaciones como la despenalización del aborto, a la cual expresaron públicamente su rechazo mediante una carta en abril de 2017. Es un partido integrado por “hombres y mujeres de principios y valores muy claros” que colocan a la “persona humana como principio y fin”, y como creyentes de Dios aman y defienden la vida. El presidente fundamentó a favor de un decreto que propone la lectura diaria de la Biblia en escuelas públicas porque considera que le “le hará un tremendo bien al país”, y opinó que la laicidad no debe posicionar al Estado como ateo, según lo documentó el portal de presidencia el año pasado.
Nuestro país vecino, Brasil, fue puesto en la lupa por el incremento de sus adeptos protestantes, la bancada evangélica y la asunción del actual presidente Jair Bolsonaro. El Frente Parlamentario Evangélico se reúne todas las semanas a compartir ideas y a orar, y congrega parlamentarios de diferentes partidos, mayoritariamente del Partido Socialista Brasileño, el Partido Social Liberal, Republicanos, el Partido Social Cristão y Podemos, entre otros. Según la página oficial del Parlamento, está integrado por 16 diputados pastores, tres sacerdotes y dos teólogos, además del apoyo de otros parlamentarios o políticos, juristas que integran la Asociación Nacional de Juristas Evangélicos (Anajure) y la ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos, Damares Alves, que se ha mostrado contraria a los derechos LGBT y al aborto en varias ocasiones. La Iglesia Universal del Reino de Dios, liderada por Edir Macedo, tiene incidencia en los órganos parlamentarios desde hace algunos años, con pastores legisladores y una relación allegada a Jair Bolsonaro, quien visita sus templos y recibe oraciones especiales.
En Argentina, por el contrario, la adhesión evangélica no ha crecido con tanta fuerza desde las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). En las elecciones del 27 de octubre, el frente NOS, liderado por el retirado combatiente de las Malvinas, Juan José Gómez Centurión, y la candidata a la vicepresidencia, Cynthia Hotton, alcanzó únicamente el 1,7 por ciento de los votos, lo que significó un descenso de 200 mil votos respecto a las PASO, sin alcanzar ninguna banca en el Congreso.
Sin embargo, para el diputado Amarilla, en nuestro país nunca va a consolidarse una alianza de este tipo, ya que cada uno tiene su partido o sector y “actuamos en cuanto a nuestra concesión. Tal como los cinco comunistas que hoy hay, que actúan también bajo su creencia”, explicó el nacionalista a Sala de Redacción.
En esto coincide Marcelo Márquez, periodista y escritor del libro Bajo la ley de Dios, sobre discusiones en torno a la laicidad. En Brasil, planteó en diálogo con Sala de Redacción, los partidos políticos son más flexibles, lo que permite que la religión se integre de forma más amplia. “En Uruguay impera una laicidad restrictiva, nos hemos ido más bien a un laicismo prohibitivo”, expresó, y esto se ha asociado tanto a lo religioso como a lo político: por ello, cuando un intendente recibe a dos pastores para que lo bendigan, o se cuelgan pancartas en centros educativos en contra de un plebiscito, se genera controversia. Márquez cree que cualquier expresión religiosa, como parte de la diversidad, debería habilitarse, y se debería tener un criterio uniforme: “¿no sería mejor permitir charlas en contra y a favor?”, se preguntó.
Es por ello que el criterio sobre laicidad vuelve a ponerse sobre la mesa cuando políticos abiertamente creyentes entran al Parlamento. Las más recientes discusiones sobre el aborto legal, la regulación de la marihuana y la ley integral para personas trans han hecho resonar discursos donde la palabra “dios”y sus mandatos imperan.
Amarilla, uno de los que ha apelado a este discurso y adherido al prerreferéndum para derogar la ley trans, sostuvo que en primer lugar va a acatar las decisiones de su partido: “voy a seguir el programa de gobierno, y si hay oportunidad luego de plantearlo, se verá. Cuando hay un programa, expuesto ante la ciudadanía, hay que ser responsable con lo que la gente votó”. Sin embargo, aclaró: “estaré permanentemente en contra” de la ley trans. Como Amarilla, hay creyentes que se posicionan en contra de lo que llaman “ideología de género”, a la que ven como un mal presente en todas las políticas que se toman a favor de los derechos de personas disidentes, es decir leyes que benefician a homosexuales, contribuyen a la constitución de una familia no tradicional o a la libertad de elección de la mujer. Estas políticas, consideran, promueven la desmoralización o desvalorización de la sociedad y desplaza a los padres de su rol. La oposición a esta “ideología de género” es compartida por varios legisladores del continente, agregó Amarilla, pero no para generar estrategias “como el Foro de San Pablo, sino más bien en el accionar individual, en el intercambio de información, para exponerlo en el accionar individual o a la hora de debatir y contraponerse a estas ideas”.
La novedad
Estas elecciones le abrió las puertas a Cabildo Abierto (CA), que integrará el Parlamento con tres senadores y once diputados, ninguno de ellos autoproclamado evangélico, pero sí católicos y con coincidencias programáticas.
El ex candidato a vicepresidente y electo senador, Guillermo Domenech, considera que la“ideología de género” coloca al sexo como construcción y no como hecho biológico, y promueve manuales de “instrucción sexual” que ponen en riesgo a los niños, tal como lo aludió en el acto de cierre de campaña de su partido. El programa de CA es explícito: promete revisar y corroborar conceptos en las Guías de Educación Sexual de ANEP. Quien fuera candidato a presidente, Guido Manini Ríos, expresó al programa No Toquen Nada que las incidencias de la “ideología de género” a nivel internacional, que cuentan con el apoyo de organizaciones como la ONU, genera una fractura social. Por ello se opone a políticas como el aborto y propone una jubilación especial a mujeres que deseen quedarse en su casa a cuidar a sus hijos.
“Durante 200 años nos faltó un conductor nacional, pero Dios nos ha mandado a Guido Manini Ríos y tenemos un nuevo general para encabezar a los artiguistas”, exclamó Domenech en el cierre de campaña en Rivera. Sin embargo, consultado luego por No Toquen Nada, dijo que CA no es un partido confesional, pero sí cree que todo lo dispone Dios. “La concepción religiosa es natural y es bueno que eso inspire en todos los ámbitos de tu vida”, considera por su parte el diputado Amarilla.