Policías en el estadio Centenario. (Archivo, abril de 2011) Foto: Victoria Rodríguez. La diaria.

Policías en el estadio Centenario. (Archivo, abril de 2011) Foto: Victoria Rodríguez. La diaria.

El fútbol uruguayo ha sido noticia últimamente, no solamente por lo relacionado con la calidad futbolística, sino también por los acontecimientos violentos que se han dado dentro y fuera de las canchas.
Han surgido posibles medidas para poder combatir la violencia, que abarcan desde lo meramente legal hasta las campañas de concientización que buscan crear conciencia social para que este tipo de incidentes no vuelvan a ocurrir.
Con el objetivo de erradicar la violencia, el Senado y la Cámara de Representantes, reunidos en Asamblea General, han decretado leyes como la Nº 17.951 o la Nº 19.120. La primera tiene una vinculación directa con el tema tratado, ya que uno de los deportes que se menciona es el fútbol. Esta ley denomina “violencia en el deporte” a toda conducta agresiva, de hecho o de palabra; contra el público, participantes o autoridades organizadoras del espctáculo deportivo; producida antes, durante, o después del espectáculo.
La segunda ley tiene injerencia en varios ámbitos de la sociedad, en todas aquellas actividades que se desarrollen en espacios públicos, entre ellas, los deportes. Las faltas pueden ser simples o de mayor gravedad, comprenden desde el abuso de alcohol en lugares públicos hasta acciones de carácter fraudulento.
En 2008 la Intendencia Municipal, el Ministerio de Deporte y Turismo, el Ministerio del Interior y la Asociación Uruguaya de Fútbol, crearon un protocolo de seguridad. Establece una responsabilidad de las instituciones anteriormente mencionadas, que abarca desde el compromiso de no distribuir entradas gratuitas a particulares, hasta aportar a la policia informaciónpara identificar a los responsables de actos o de instigación a la violencia.
También se plantean medidas a corto y mediano plazo, las cuales seis años después, han sido implementadas, por ejemplo el número de entradas que se debe vender por persona, o las condiciones en las que se debe encontrar una cancha para que partidos de “alto riesgo” puedan disputarse en ella.
Sin embargo, varias disposiciones no se han podido instaurar todavía, por ejemplo, que todas las personas deben participar del espectáculo sentadas, o que se numeren las localidades a efectos de contribuir con la identificación de las personas, por lo tanto, aún quedan muchas cosas por hacer.
Más allá del aspecto legal, se han implementado otro tipo de medidas para combatir la violencia, entre ellas, las campañas publicitarias.
El Ministerio de Turismo y Deporte, el Ministerio del Interior y la Asociación Uruguaya de Fútbol, lanzaron en el 2013 una de las campañas más importantes a nivel local llamada “Hinchas de verdad”, con el objetivo de prevenir la violencia en el fútbol. Spots televisivos, piezas para radio y cartelería fueron parte de las herramientas comunicacionales para tener acceso a la población de manera masiva.
El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, explicó que dicha campaña forma parte de la continuación de un trabajo ya existente, y agregó que la violencia en el deporte es una expresión de la violencia que se vive en todos los ámbitos de la sociedad, por lo tanto, es necesario combatirla en su completa expresión.
La idea de violencia como elemento integrador de todos los ámbitos de la sociedad, es compartida por el actual Director Técnico de Racing Club de Montevideo, Mauricio Larriera, quien al ser consultado sobre su perspectiva, no dudó en posicionarla como un reflejo de la sociedad, un fenómeno social que forma parte de la cultura y se hace visible en el deporte, así como en otro ámbitos culturales:”Para hablar de violencia en el deporte, primero tendríamos que hablar de violencia social, no llega la violencia al deporte de casualidad aunque últimamente ha habido un “boom “social, para mi es una prolongación de la sociedad, una extensión de lo que pasa socialmente”.
Uruguay no ha sido el único país afectado por la violencia, países con cercanía geográfica como Argentina, Brasil y Chile, han sido perjudicados de igual o mayor manera.
En el caso de Chile, luego de una gran planificación, se puso en marcha el proyecto Plan Estadio Seguro (PES), el cual pretende erradicar de manera definitiva la violencia en los estadios. En relación a los objetivos específicos de dicho proyecto, delinear cual ha sido la política de Estado con respecto a la violencia en los estadios, y analizar experiencias internacionales exitosas, son algunos de los puntos a tratar.
Consultado al respecto, Larriera, quien ha sido Ayudante Técnico en la Universidad de Chile, enfatizó en las diferencias culturales que existen entre Uruguay y Chile, ya que sostuvo que en éste úlimo la autoridad es muy profesional y la organización social es muy diferente. De la misma forma en la que las barras bravas se organizan para ejercer presión sobre los clubes, también lo hacen para realizar diferentes tipos de ayuda social: “Hoy las hinchadas en general tienen un poder impresionante sobre el fútbol, sobre los estamentos, en Chile te hacen el “banderazo”, nos pasó en la Universidad de Chile, están muy organizadas las barras bravas. También vimos la otra cara cuando ayudaban en el terremoto, es la parte buena”.
En Uruguay, no se logró llegar a un único proyecto que reúna las condiciones para erradicar por completo la violencia, de todas maneras, medidas de diferente índole han sido tomadas a corto, mediano y largo plazo, todas ellas con el único objetivo de erradicar la violencia, que no solo se hace presente en el deporte sino también en otros ámbitos de nuestra sociedad.
Ana Rodríguez
 

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