En un partido parejo, plagado de emociones, y de final anticlimático, el equipo de Toronto Raptors derrotó a los Golden State Warriors a domicilio por 114-110, cerrando la llave 4-2 y coronándose campeón de la NBA anoche en Estados Unidos.

Con 26 puntos de Pascal Siakam y un enorme Fred VanVleet que aportó 22 puntos desde desde el banquillo, el equipo canadiense llevará el título, por primera vez en la historia, fuera de Estados Unidos. En total, cuatro jugadores de los Raptors sumaron más de 20 puntos y cinco sumaron doble dígitos. Golden State Warriors volvió a sufrir las lesiones cuando perdió, en el tercer cuarto, a Klay Thompson, que era el mejor jugador hasta ese momento, con 30 puntos y cinco rebotes.

Por otra parte, Kawhi Leonard fue nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) de las finales, tras ser la fuerza que llevó a Toronto a la victoria. No caben dudas de que “The Klaw” es el merecido ganador: su actuación durante los playoffs fue clave en el campeonato, como líder de un equipo que tardó en encontrar su mejor versión. El oriundo de California promedió 28,5 puntos y 9,8 rebotes solamente en esta serie definitoria.

Toronto Raptors 114 (4) - (2) 112 Golden State Warriors

Toronto: Kyle Lowry (26), Pascal Siakam (26), Fred VanVleet (22), Kawhi Leonard (22), Serge Ibaka (15), Marc Gasol (3), Danny Green (0), Norman Powell (0)

Golden State: Klay Thompson (30), Andre Iguodala (22), Stephen Curry (21), DeMarcus Cousins (12), Draymond Green (11), Kevon Looney (6), Shawn Livingston (6), Quinn Cook (2), Alfonzo McKinnie (0), Andrew Bogut (0), Jonas Jerebko (0)

Rumbo a las finales

El camino al título no podría haber sido más distinto para ambos equipos. Golden State era el claro favorito del Oeste, y jugó como tal. Si bien sufrió en las primeras etapas para superar a Los Angeles Clippers y Houston Rockets, el equipo de Oakland aplastó a los Portland Trail Blazers en la final de conferencia, donde solo necesitaron cuatro partidos para ganar. A pesar de una clasificación relativamente fácil, Golden State quedó mermado por las lesiones: DeMarcus Cousins en primera ronda y Kevin Durant en la segunda. Por si fuera poco, la racha negativa se amplió ante Toronto, ya que Klay Thompson y el propio Durant, que intentó volver antes de tiempo, terminaron fuera y se perderán la próxima temporada.

Toronto comenzó flojo y terminó festejando. Los canadienses tuvieron algunas dificultades al inicio, cuando perdieron el primer partido, ante Orlando Magic, para luego ganar en cinco juegos de la primera ronda. La inefectividad de jugadores como Kyle Lowry, Marc Gasol y Danny Green afectaba el rendimiento del equipo. Los problemas continuaron en las semifinales donde Toronto debió llegar al séptimo partido. Leonard fue formidable en la serie y promedió 34,7 puntos y 9,9 rebotes en 39 minutos jugados por noche, mientras que el resto de su equipo intentaba encontrar efectividad ofensiva. En la final de conferencia, los Raptors superaron a Milwaukee Bucks de forma histórica: comenzaron perdiendo dos a cero la serie, y ganaron  los cuatro partidos restantes. El trabajo defensivo fue clave, apagando a la superestrella de los Bucks, Giannis Antetokounmpo y el resto de su equipo, en especial un Eric Bledsoe desastroso con apenas 24 por ciento de efectividad en tiros de campo con solo 17 en triples.

Juego de opuestos

La gran final no podría encontrar equipos más distintos: el mejor equipo defensivo enfrentaba a un monstruo ofensivo. Golden State partía como claro favorito, pero las lesiones cambiarían el panorama. “Boogie” Cousins regresaba milagrosamente para el primer partido, pero nuevas lesiones surgían y los locales se llevarían el primer partido gracias a 32 puntos de Siakam y la enorme colaboración de Gasol, con 20 puntos y 7 rebotes.

El segundo partido fue una pesadilla en Canadá. Tras ganar los primeros dos cuartos, los dirigidos por Nick Nurse permitieron una racha parcial de 18-0 y perdieron el tercer cuarto 21 a 34. Golden State cerraría la victoria y la serie pasaba a jugarse en su terreno, panorama ideal para los campeones defensores. Pero las apariencias engañan y el tercer juego se lo llevó Toronto a domicilio. Sin Klay Thompson, apartado por la noche, y Kevin Durant que continuaba lesionado, Curry hizo cuanto podía y aportó 47 puntos que fueron en vano. En el visitante todos aportaron y fueron seis los jugadores que marcaron doble dígitos en puntos.  

En el cuarto partido Golden State se veía frustrado. Curry pasó por una de sus peores noches, anotando apenas dos triples en nueve intentos y nueve tiros de campo de 22 que lanzó. Thompson estaba de regreso y tuvo una noche formidable con 28 puntos, que no alcanzaron, y Toronto se robó ambos partidos en Oakland.

La oportunidad de cerrar la llave volvía a Canadá para el quinto juego, pero los Raptors no pudieron concretar y Golden State se robó la fiesta. El triunfo no llegó sin sacrificios y Durant, obligado a volver antes de tiempo, agravó su lesión tras jugar apenas 12 minutos. Más allá del triunfo, el equipo visitante se retiró con una sensación agridulce pensando en el sexto partido, nuevamente sin una de sus piezas centrales.

Y finalmente se definió la serie. En lo que fue oficialmente el último partido en Oakland para Golden State, los locales cayeron y el campeonato terminó en manos canadienses. El encuentro fue parejo hasta la última posesión, pero un balón regalado y una falta técnica contra los locales a 0.9 segundos del final liquidaron las chances de un triplete. La lesión de Thompson fue determinante, el escolta debió abandonar el juego en la mitad del tercer cuarto tras sufrir un desgarro del ligamento anterior cruzado en la rodilla izquierda.

Los grandes ganadores (y perdedores)

Más allá del triunfo colectivo, algunos jugadores se destacaron tanto por lo bueno como por lo malo de su contribución en las finales. Un ejemplo claro es el de Pascal Siakam, uno de los mayores ganadores. El camerunés de 25 años se afianzó como el candidato favorito a ser nombrado Jugador de Mayor Progresión, siendo la figura más consistente junto a Leonard. “Spicy P” mostró gran potencial, promediando 20 puntos y casi 7 rebotes en la gran final, convirtiéndose en una de las piezas clave los Raptors.

Marc Gasol había llegado a Canadá a mitad de temporada, en un intercambio de último minuto que mostraba las aspiraciones de Toronto. El veterano pívot había abandonado Memphis hacía pocos meses, luego de once años, y cerró anoche como campeón de la NBA con los Raptors. La opinión generalizada era que “Big Spain” no sería capaz de contener la ofensiva  de los Warriors, pero el catalán demostró todo su peso en defensa haciéndole la vida imposible a sus rivales. La contribución de Gasol no sólo se limitó a contrarrestar el juego perimetral de los pivotes rivales: en ofensiva también se destacó con un partido de 20 puntos y otro de 17. No cabe duda de que el jugador de 34 años fue uno de los ganadores individuales.

DeMarcus Cousins fue una de las mayores decepciones. Tras perderse gran parte de la temporada pasada por una lesión, Cousins llegó a los Warriors firmando un contrato de apenas 5 millones de dólares, absurdo para un jugador de su calibre. “Boogie” regresó al ruedo en la segunda mitad de la temporada, jugando apenas 30 partidos. En la primera ronda de playoffs el pívot sufrió un desgarro de cuádriceps que parecía iba a dejarlo fuera por el resto de la temporada aunque, contra todo pronóstico, se recuperó a tiempo para las finales contra Toronto. Lamentablemente para él, su contribución fue mínima y casi quedó fuera de los planes de su entrenador, siendo usado únicamente a causa de la lesión de Durant. Fue, sin dudas, uno de los mayores perdedores de las finales.  

Kevin Durant es uno de los mayores, sino el mayor, perdedor de las finales. En lo que podría ser su último año con Golden State, KD sufrió una lesión de pantorrilla que se agravó cuando anticipó su regreso en el quinto juego de la final contra Toronto. Los últimos informes indican que el alero se perderá toda la temporada 2019 – 2020, lo que afectaría de forma tremenda sus planes. Desde principio de temporada se especulaba con la salida del jugador, en búsqueda de convertirse en el líder de otra franquicia. Interesados no faltaban, cualquier equipo en su sano juicio le ofrecería un contrato máximo a uno de los mejores jugadores de la liga, pero una lesión así preocupa y quizá nadie quiera arriesgar un contrato multimillonario por un jugador que podría no volver a ser el mismo.

Masai Ujiri debería apostar todo su dinero en el casino, ya que parece tener la llave del éxito. El gerente general de Toronto ganó la mayor apuesta de su vida al transferir al mejor jugador de la franquicia y favorito de la afición, Demar DeRozan, por un Kawhi Leonard misteriosamente lesionado y descontento con su antiguo equipo. Mucho se habló de que Leonard se “sentaría” en su contrato sin jugar un solo partido y ficharía con Los Angeles Clippers al siguiente año y sin embargo no fue así. No solo Leonard jugó, sino que convirtió a Toronto en campeón, cuando antes era simplemente un posible contendiente.

Por último, toda la organización de Toronto Raptors es ganadora. El trabajo de la franquicia fue formidable de principio a fin, meticulosa para administrar los partidos de su principal estrella, para mantener los ánimos altos en todo momento y para generar uno de los mejores ambientes en toda la NBA. Si hay un equipo que merecía ser campeón, eran los Raptors.

FacebookTwitter