Las fake news o noticias falsas existieron siempre, pero con el devenir de los años han surgido nuevos problemas. Gracias al crecimiento y al alcance masivo de las redes sociales, ahora hay nuevos canales por donde circula la información y en cuestión de minutos cualquier noticia se puede viralizar y llegar a millones de personas.

En varios países las campañas electorales son un gran atractivo para los trolls o haters; incluso en algunos casos son personas contratadas. Se les asigna una tarea a diario: por ejemplo, refutar o potenciar un tema y, a través de cuentas falsas en distintas redes sociales, instalan el debate e interactúan con el público.

Como no son periodistas carecen de la ética que caracteriza a estos profesionales y tampoco tienen problema en dejar de lado sus propias convicciones sobre los asuntos que deben tratar. Por ejemplo, si están en contra del aborto pero la orden del día es potenciar la despenalización en las redes sociales, lo harán porque es su trabajo. En otros casos, ni siquiera son personas sino que los mensajes se propagan a través de mecanismos informáticos que están automatizados y programados para publicar contenido.

Las campañas electorales son un momento en el que este tipo de contenidos suelen circular con más frecuencia entre usuarios de redes sociales y redes de mensajería instantánea como Whatsapp o Telegram. Por ejemplo, el año pasado en Brasil la campaña que culminó con la elección de Jair Bolsonaro como presidente estuvo marcada por acusaciones contra el actual mandatario de contratar servicios para propagar información falsa. En el caso de Uruguay, que este año celebrará sus elecciones nacionales, es un tema que deberá tenerse presente y hay organizaciones que ya están trabajando para que las fake news no desvien el foco de atención de los votantes. Una de ellas es la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), que a principios de año lanzó una iniciativa donde invita a los partidos políticos a establecer un pacto ético con el fin de tener una campaña electoral lo más honesta posible.

Sala de Redacción conversó al respecto con Fabián Cardozo, periodista y actual presidente de APU.

—¿Cuántas elecciones te tocó vivir como periodista?

—Trabajo en prensa desde principios de 2001. La campaña electoral de 1999 la cubrí como estudiante de periodismo; en 2004 trabajaba para CX36 y ahí me tocó hacer la cobertura de la campaña de Tabaré Vázquez. Desde ahí hasta ahora siempre me tocó cubrir a los precandidatos del Frente Amplio. En 2009 seguí a José Mujica y en 2014 nuevamente a Vázquez.

—Después de tantos años cubriendo lo que ocurre en el ámbito de Presidencia de la República para Televisión Nacional Uruguay (TNU), ¿conocés mejor al sistema político para anticiparte a lo que puede pasar en campaña electoral?

—Formo parte del departamento de prensa de TNU desde 2007. También cubrí el primer año del primer gobierno de Vázquez para el diario Últimas Noticias; fueron experiencias interesantes. Empezás a conocer cómo funcionan las cabezas políticas y cómo funciona la izquierda, tanto dentro como fuera del poder. Conocer toda esa maquinaria te permite acceder a fuentes y mantener un diálogo directo con los protagonistas. Esas cosas hacen más fácil la convivencia durante las campañas electorales.

“Debemos evitar la viralización e intentar que una noticia falsa no llegue a los medios”.

Fabián Cardozo, periodista y presidente de APU.

¿Qué plantea específicamente el “pacto ético” que propusieron desde APU?

—Consta de tres patas: la primera es el pacto ético o compromiso político. Proponemos una campaña libre de desinformación. Este pacto es del sistema político, no de los periodistas. APU promueve y provoca el pacto, pero son ellos los que deben pactar. Otra de las patas trata de una capacitación para los trabajadores de la prensa, de modo que puedan detectar y sacar de circulación una fake new. Vamos a traer expertos que dicten cursos abiertos, tanto para los comunicadores asociados a APU como para los que no lo son. Los periodistas debemos tener un método para detectar y verificar la información; para esto es necesario capacitarse. Debemos evitar la viralización e intentar que una noticia falsa no llegue a los medios, que la campaña de desinformación no sea noticia. La tercera implica apoyar y estimular a la creación de un laboratorio donde se detecten noticias falsas. Esto supone un mecanismo de trabajo con un sistema de método, gente capacitada y preparada para examinar la información que circule durante la campaña electoral. Existen iniciativas de algunos medios como La Diaria, Búsqueda y el programa radial En Perspectiva. Posiblemente desde APU apoyemos alguna de ellas.

Fabián Cardozo asumiendo la presidencia de APU (diciembre, 2018). Foto: Twitter @facardozo

¿Quién tomó la iniciativa? ¿Cómo lo recibieron los políticos con los que conversaron?

—La tomó APU. Fue el primer eje de gestión que planteé desde que asumí la presidencia, a mitad de diciembre. Desde esa fecha estamos en contacto con todos los partidos políticos. Hablamos con la mayoría de los precandidatos y esta semana cerraremos una reunión con el Partido de la Gente, que es el único con el que nos resta conversar. Todos se sumaron a la iniciativa. Junto a expertos estamos trabajando en un borrador de lo que será el pacto que se le entregará a los partidos políticos. Ellos designarán un representante por partido que se reunirá con nosotros en abril y mayo para poder redactarlo y entregárselo a las autoridades partidarias, de modo que se firme antes de las elecciones internas.

—¿Cómo tomaron las críticas de algunos periodistas que manifestaron no tener que hacer pacto con nadie para ejercer su trabajo?

Estoy al tanto de las críticas. Las leí e incluso interactué con varios colegas. Tal vez hubo poca claridad de nuestra parte cuando presentamos la idea. Creo que fue un tema de comprensión. Nosotros no planteamos un pacto de periodistas y políticos. Los periodistas no pactamos, nosotros damos información y nuestra tarea seguirá siendo la de informar. Además de ser una asociación que vela por los derechos laborales de los trabajadores de la prensa, APU es una asociación profesional que busca mejorar nuestro trabajo hacia adentro, porque pretendemos hacer un trabajo íntegro y ético; y hacia afuera, porque queremos que exista buena información en la sociedad, por esto consideramos que APU tiene un lugar en el asunto. Fuimos saludados en el exterior por compañeros de otras asociaciones donde nos reconocieron como vanguardia en la región. APU convoca, promueve y agita. Le pedimos al sistema político una señal hacia la sociedad. Los invitamos e incluso les ofrecemos nuestra casa para realizar el pacto. La capacitación para que nuestros compañeros enfrenten la desinformación la hacemos dentro del marco de la libertad de prensa. No estamos cuestionándola ni queremos castigar ni sancionar a nadie. Entendemos que la libertad de prensa debe ejercerse de una manera responsable.

“Los periodistas no pactamos, nosotros damos información y nuestra tarea seguirá siendo la de informar”.

Fabián Cardozo, periodista y presidente de APU.

—¿Cuál es el temor más grande que se tiene de cara a la campaña electoral teniendo en cuenta el gran crecimiento de las fake news? ¿La población no está preparada para detectar cuando algo es falso?

Es un fenómeno existente en la región. Uruguay no está lejos de que eso suceda. Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, reconoció haber utilizado campañas de desinformación en las redes sociales. Hay incluso ejemplos en Gran Bretaña con el asunto del Brexit. Nuestro mayor temor es que estas cosas ensucien la campaña electoral y se provoquen debates paralelos que no tengan nada que ver con las necesidades de los ciudadanos. Esta es la razón por la que consideramos que debemos hacer algo. En Uruguay hay una sociedad informada y politizada, pero no estamos exentos de copiar las malas cosas que llegan del exterior. Nuestra campaña es un bien público a la sociedad y los periodistas tenemos la responsabilidad ética de ayudar.

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