Carla Méndez, integrante de Mizangas Mujeres Afrodescendientes, dijo a Sala de Redacción que “la población afrodescendiente, desde la esclavitud, ha sido víctima del racismo y la discriminación” y que con la situación de pandemia actual las desigualdades étnico-raciales se acentúan. En este sentido, Méndez aseguró que “el racismo es una pandemia histórica en nuestra sociedad”. 

Si bien desde que se declaró la emergencia sanitaria, el 13 de marzo, el gobierno se ha centrado en la entrega de canastas alimenticias, estos colectivos están disconformes con las acciones tomadas por las autoridades ya que, según Méndez, son “parciales, por no tener la mirada de mediano y largo plazo y por no contemplar las desigualdades estructurales presentes en la sociedad”.

El colectivo Mizangas lanzó un comunicado en el que aseguran que “el virus del racismo reina con o sin corona” y reflexionan acerca de la situación actual del país. “El Estado debe proteger a las personas más vulnerables, en ese sentido, demandamos acciones que protejan y garanticen los derechos de las trabajadoras del sector doméstico, personas en situación de calle, trabajadoras sexuales, trabajadores jornaleros, feriantes, vendedores ambulantes y artistas”.

Por su parte, Orlando Rivero, ex asesor de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), dijo a Sala de Redacción que la situación de vulnerabilidad de la población afrodescendiente se afirma aún más con la pandemia pero que “ha sido crítica desde hace varios años, no es de ahora”. Rivero planteó que lo más grave es el nivel de informalidad laboral que padece esta población, que trae como consecuencia que “se cubra el resto de la sociedad y no se atienda del todo a la población afrodescendiente”. A su vez, Rivero cuestionó que la falta de registros administrativos no deja visualizar si las personas afectadas por coronavirus son afrodescendientes. 

Por otra parte, Beatriz Ramírez, directora de Derechos Humanos del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), dijo a Sala de Redacción que la mayor preocupación de las organizaciones antirracistas es la situación de la mujer afro en estado de distanciamiento social. En este sentido, la directora expresó que la violencia de género se intensifica “porque les toca a las mujeres que no tienen la posibilidad de desarrollarse y de poder sobrevivir”.

Sobre este punto, Méndez acotó que “la mujer afro sufre más violencia de género que la mujer no afro” y es por esta razón que el trabajo que realizan los diferentes colectivos tiene foco en este tipo de violencia. “Somos conscientes que la actual pandemia potencia las situaciones de racismo en los espacios habilitados para compras, en la calle, en episodios de violencia machista dentro de los hogares, donde aún la respuesta del Estado es insuficiente”, es otro de los puntos que se plantea en el comunicado lanzado por Mizangas.

Campañas solidarias

La situación de emergencia sanitaria llevó a que muchas personas realizaran distintas jornadas para ayudar a la población más vulnerable. El  Bloque Antirracista y la comparsa Yambo Kenia también se sumaron a la causa haciendo ollas solidarias en diferentes puntos de la ciudad. 

Según contó a Sala de Redacción Gilda Machado, integrante de Identidad Afro Rivera (Idafro), el colectivo actualmente trabaja en la realización de tapabocas y túnicas para el personal de salud del hospital de Rivera. “El hospital nos brinda la tela tnt y un modelo y nosotras cortamos para hacer las túnicas”, acotó.

Asimismo, Machado dijo que diferentes organizaciones sociales, tanto de Montevideo como del interior del país, están trabajando para recaudar fondos y de esta manera ayudar a la población con la compra de alimentos. “La propuesta es recolectar dinero, reconocer a las familias afro, LGBT y discapacitados que estén en situación crítica, luego hacer un relevamiento de datos de estas familias y por último brindarles ese dinero para que puedan usarlo en un almacén de barrio”, explicó Machado.

En este sentido, Méndez señaló que no solamente tratan de ayudar a familias con la canasta en sí, sino también poner “un componente de economía solidaria” para que el dinero sea usado en un almacén barrial. “Entonces también ayudamos a los almacenes. Es una ayuda para no descuidar la economía más pequeña”, afirmó.

El colectivo Mizangas también llevó a cabo una campaña con el objetivo de juntar prendas para las mujeres con niños que están privadas de libertad. “Recibimos mucho apoyo de la comunidad, incluso nos sobró ropa que fue donada a otros colectivos que necesitaban”, dijo Méndez, y agregó que también participaron en una videocampaña que fue lanzada a nivel internacional en protesta por el testeo de una vacuna en África. “Hicimos un video en contra de eso y también impulsamos a la gente que mande el suyo”, contó esta integrante del colectivo.

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