Ollas populares, viandas, desayunos, meriendas, canastas y productos de higiene son algunas de las medidas que se han tomado para enfrentar esta emergencia sanitaria. Vecinos se organizan para colaborar con las personas que no pueden trabajar por la emergencia sanitaria o que tienen un trabajo informal. Este fenómeno va en aumento en distintos barrios de Montevideo y en otros puntos del país. 

También se han sumado comercios, distintas organizaciones sociales y sindicatos. La posibilidad de que estos grupos puedan continuar con estas iniciativas depende, en muchos casos, de las colaboraciones que reciban de toda la población, ya sean alimentos, artículos de cocina o higiene. 

En Villa Teresa, vecinos del barrio se organizaron para realizar ollas solidarias una vez a la semana, pero por la repercusión y la cantidad de aportes recibidos las están haciendo a diario. El primer día tenían previsto realizar entre 50 y 70 viandas, pero terminaron entregando 170, cifra que trepó a 200 la jornada siguiente, según contó a Sala de Redacción un vecino que está en la organización de la iniciativa. 

Fotorreportaje de Rebelarte “Otros contagios” (http://www.rebelarte.info)

Un grupo de jóvenes en Colonia que se encuentran en seguro de paro tuvieron la idea de comenzar a entregar viandas los fines de semana, ya que se trata de los días que no se brindan en la escuela de la zona, según contó a Sala de Redacción el organizador. Las viandas la realizan con donaciones de fábricas, supermercados, carnicerías y vecinos de la zona. Empezaron entregando 80, y al día de hoy superaron las 220 viandas, según relató. 

En Bella Italia, dos amigas tienen un merendero donde entregan viandas de comida y también tapabocas, fabricados por una de ellas. Según comentó a Sala de Redacción Mónica Ipar, una de las organizadoras, cada vez más personas se acercan a colaborar. Ipar organizó un nuevo merendero en la zona de Cordón y sostuvo que le parece importante que estas iniciativas se repliquen en el resto del país.  

El PIT-CNT también comenzó a distribuir alimentos en distintos barrios de Montevideo. Se incorporaron varios sindicatos así como también la empresa COUSA, según informó la central sindical a través de un comunicado en su página web.

Como en 2002

El recurso de las ollas populares no es nuevo. En los momentos más duros del país, como la crisis de 2002, miles de personas apelaron a ellas para conseguir al menos un alimento diario. 

A finales de noviembre aquel año La República publicaba lo siguiente: “La crisis económica y social de Uruguay motivó una espontánea respuesta de los sectores más solidarios y coincidentemente más carenciados de la población que formaron ollas populares para enfrentar la coyuntura. Ante la acelerada pérdida de trabajo y las escasas oportunidades de ganarse la vida decentemente, resurgió la idea de las ollas populares”.

El sociólogo Nicolás Marrero, que colabora desde el ámbito sindical en las ollas populares, dijo a Sala de Redacción que “delatan una situación de precariedad social delicada”, porque hay muchas personas sufriendo el desempleo o trabajadores en la informalidad que están viendo interrumpidos sus ingresos. 

La crisis sanitaria hace que esta vez se tengan que tomar ciertos cuidados y evitar las aglomeraciones para prevenir nuevos contagios de Covid-19. “¿Cómo hacer una olla, que es un trabajo de tipo colectivo, donde se aglomera gente? En muchos casos se están dando canastas de alimentos, se reparten las cajas de alimentos individualmente. En otros lugares por desgracia no se puede hacer eso”, reflexionó.

Fotorreportaje de Rebelarte “Otros contagios” (http://www.rebelarte.info)

Marrero hizo referencia a la necesidad de implementar políticas públicas “que garanticen la alimentación y la sanidad alimentaria”, ya que las ollas son simplemente un “paliativo inmediato de una situación urgente”. Y señaló que “algunas organizaciones como el PIT CNT y la Intersocial en general están reclamando una política más general que tenga que ver, por ejemplo, con la respuesta al reclamo de una renta básica universal que pueda paliar esta situación para un conjunto importante de la población”.

Para el sociólogo, si no existen este tipo de políticas estatales no se le puede pedir a la gente que deje de ir a las ollas. “Si no se puede garantizar la alimentación, de alguna manera hay que resolver que la gente coma”, enfatizó.

Según Marrero, el gobierno que encabeza Luis Lacalle Pou tiene “una orientación contraria a las políticas sociales que se venían desarrollando”. En este sentido, describió que el problema es el gobierno actual busca hacer recortes cuando lo que se necesita es “ampliar el gasto social”, como lo están haciendo muchos países de la región. “Todo indica que el gobierno actual no va a poder resolver todo esto y menos crear una canasta básica universal o una política social de amplio alcance, sino que está surfeando la ola”, concluyó. 

Marcos Custodio / Lautaro Rijo

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