La Red Nacional de Municipios que Fomentan la Agroecología (RENAMA), que pertenece a Argentina, incorporó a Atlántida como el primer municipio uruguayo en sumarse a la iniciativa. La integración se da tras cuatro años de trabajo entre la red y la Intendencia de Canelones (IC) por el desarrollo de la agricultura orgánica.

El municipio de Atlántida fue elegido para sumarse a la red por sus antecedentes en políticas ambientales y el ejemplo más notorio fue la reconversión productiva de la Laguna del Cisne, la que presentaba altos niveles de contaminación con fósforo y nitrógeno. Entre las prácticas que incorporó la IC al empezar a trabajar con RENAMA se destacan las medidas tomadas para la gestión de parques y jardines: para el control herbicida se reemplazaron los agroquímicos por métodos como el control mecánico, la poda o el uso de vapor.

Cambio de Paradigma

La RENAMA  define a la agroecología como “un nuevo paradigma en el diseño y gestión de sistemas agrícolas basado en la aplicación de conceptos y principios ecológicos”. Según este concepto, la agroecología  contempla el cuidado del medio ambiente y la salud de productores y consumidores, y por este motivo trata de disminuir el uso de productos químicos y artificiales (herbicidas, pesticidas, insecticidas, entre otros) o evitar prácticas como el monocultivo. Este modelo de producción además apunta a lograr la autonomía económica en las distintas comunidades, ya que implica un cambio en las relaciones laborales entre productores y trabajadores. Se trata, en resumen, de un modelo alternativo al de producción agroindustrial.

Entrevistado por Sala de Redacción , Matías Carámbula, director de Desarrollo Rural de la IC, destacó los avances de las políticas de transición hacia la agroecología pero también se refirió a las dificultades que se anteponen a este proceso de cambio. Manifestó que una de las principales dificultades está en esperar transiciones rápidas y resultados inmediatos, debido a que la gran mayoría de los productores rurales de Canelones están acostumbrados a trabajar con el sistema agroindustrial, es decir, la producción con agroquímicos, transgénicos y monocultivos. Afirmó que cambiar de un modelo de producción a otro supone una transformación cultural y planteó que los procesos culturales necesitan de tiempo y supervisión, por lo que no pueden ser acelerados.

Otro problema que destacó Carámbula fue el escaso desarrollo de recursos científicos y técnicos destinados a la agroecología. Sostuvo que  gran parte de la producción de conocimientos y recursos técnicos generados en la Facultad de Agronomía y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) se orientan más por el modelo del agronegocio. Para ilustrar estas carencias, citó el ejemplo de un programa agroecológico de soja no transgénica que el municipio viene trabajando por medio de “ensayo y error”.

En red

Carámbula se refirió, además, sobre el trabajo previo entre RENAMA y el gobierno departamental. Contó que dicha labor comenzó en 2015 con el Ingeniero Eduardo Cerdá, presidente del a RENAMA, en algunos proyectos de transición hacia la agroecología. Al principio, el ingeniero argentino fue invitado como asesor técnico, pero al mismo tiempo Cerdá “estaba desarrollando la RENAMA en Argentina y el Gobierno de Canelones se encontraba interesado en incorporar algún municipio a la red”, relató Carámbula.

A pesar de las dificultades antes mencionadas, el director de Desarrollo Rural afirmó que la población uruguaya está cada vez más informada y preocupada sobre los efectos del modelo agroindustrial en el medio ambiente y la salud, y citó el ejemplo de la preocupación por el fenómeno de las cianobacterias durante el verano. También destacó que los productores y trabajadores rurales están incorporando de a poco las prácticas agroecológicas, por lo que ve posible la transición hacia otro modelo de desarrollo. Afirmó que lo ideal sería incluir otros municipios a la red y que sería un desafío hacer de la agroecología un rasgo identitario del departamento de Canelones.

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