Mayo viene con varias modificaciones en las calles de Montevideo y una de ellas se dio en el barrio Ciudad Vieja. En la calle Circunvalación Durango, que bordea a la Plaza Zabala, se decidió eliminar el espacio disponible para estacionar y colocar la intervención integral de estaciones de descanso que permitirán a los transeúntes -que están recorriendo o trabajando- parar un rato, en caso de que lo necesiten.

“De esta manera, el trabajador puede tener su media hora de descanso ahí, hacer uso del espacio público y no estar en una oficina encerrado”, explicó el alcalde del Municipio B, Carlos Varela, a Sala de Redacción.

Sin embargo, esta iniciativa -que ya comenzó a instalarse días atrás- ha recibido muchas críticas por parte de los vecinos que, entre otras cosas, se quejan de la falta de lugar para estacionar y de que no corresponde poner bancos allí ya que a pocos metros hay una plaza donde se puede ir a descansar.

En este sentido, Varela recordó que este proyecto ya se había planteado en diversas reuniones con los vecinos cuando se presentó el plan de Ciudad Vieja a Escala Humana, en conjunto con otras ideas tales como mejorar la accesibilidad de las veredas colocando rampas en todas las esquinas, disponer de iluminación en los espacios públicos e implementar cámaras de videovigilancia para la seguridad.

Para el alcalde, este barrio es la “carta de presentación de la ciudad” ya que, del millón y medio de turistas al año que recibe Montevideo, el 90 por ciento circulan, pasean y visitan Ciudad Vieja. También destacó que allí residen más de 11 mil personas y lo caracterizó como una centralidad indudablemente laboral ya que trabajan más de 30 mil uruguayos por la zona.

Si bien en un comienzo se había hablado de reformar la circunvalación para colocar un pavimento rasante con estacionamiento, se demostró que no era conveniente por lo que optaron por colocar estas nuevas estructuras que no afectan a la calle en el entorno de la plaza aunque sí eliminan los estacionamientos.

En cuanto a la disconformidad de los vecinos por la remoción del espacio para aparcar, Varela aclaró que “es entendible, aceptable y razonable la preocupación ya que estaban acostumbrados a tener un lugar de estacionamiento”, pero pueden hacerlo en otras calles como Solís o Rincón. El alcalde destacó que la zona considerada de carácter patrimonial estaba contaminada visualmente, lo que generaba que no se pudiera apreciar la plaza ni tampoco las edificaciones que la rodean.

Respecto a las quejas manifestadas por los vecinos en diferentes ámbitos, la Intendencia emitió un comunicado donde explicó que las estaciones “serán monitoreadas y testeadas en los próximos meses a fin de evaluar sus impactos físicoambientales”, como también su uso, pertinencia, ajustes “y su posible permanencia”.

“Filosofía abierta”

Varela catalogó a la intervención como una “filosofía abierta” ya que los mobiliarios pueden ser removidos y reubicados si no funcionan de la manera esperada o si son mal utilizados, a diferencia de lo que ocurre con la construcción de pavimentos duros. “Por el momento fueron instalados en otras calles y vienen funcionando muy bien. Uno tiene la expectativa de que funcionen pero si la realidad dice lo contrario, perfectamente se levantan, y no son estructuras que se pierdan”, subrayó.

Según el alcalde, es necesario que los uruguayos tengan la “cabeza abierta” para entender que la ciudad necesita transformaciones. Recordó a su vez que cuando se estaba construyendo la peatonal Sarandí los vecinos estuvieron en contra y hoy es uno de los puntos de atracción más importante de la ciudad.

“Demos oportunidad a que la obra se termine, que podamos analizar el uso y la intensidad del uso. En algunos casos he hablado con vecinos y acordamos en que le dieran una oportunidad. En caso de que no funcione, será retirado y volverá a la dinámica anterior”, apuntó. Varela opinó -y se incluyó a sí mismo dentro de la afirmación- que a los uruguayos en general les cuesta el proceso de aceptación de la transformación pero después de que interactúan, lo disfrutan e incorporan.

Varela informó que si bien se está en una época del año en la que a veces el clima puede “jugar una mala pasada”, la obra estará culminada en un par de meses por lo que en primavera o verano estará en todo su esplendor para ser evaluada.

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